22 agosto 2019

No sé decir adiós

Decía David Lynch hace pocos días (al escribir estas líneas) que no deberían hacerse tráileres de las películas, que básicamente lo cuentan todo. Esto ocurre muchas veces, sobre todo en esos avances de más de dos minutos que en ocasiones hasta se hacen largos. No obstante un tráiler también es una buena forma de dar a conocer tu obra, además, si se hace bien, apenas se revela información al espectador y, con ello, se genera todavía más curiosidad.

Esto viene a cuento ya que el principal motivo por el que me decanté por ver No sé decir adiós (ídem, 2017) fue porque su tráiler me convenció, me mostró la historia justa y necesaria y me abrió el apetito por ver el resto del debut en el largo de Lino Escalera (Alta mar).

Carla regresa al pueblo tras recibir una llamada de su hermana Blanca, la cual le da la noticia de que han ingresado a su padre. El diagnóstico es el de un cáncer terminal, pero ni Carla ni su padre están dispuestos a aceptar la realidad que les ha tocado.

El otro motivo por el que fui a ver No sé decir adiós fue por su trío protagonista, y lo cierto es que son ellos, sin duda, el motor de la película. Principalmente (por tener más protagonismo) un estupendo Juan Diego (Incierta gloria) y una sorprendente Nathalie Poza (Julieta), con sendos personajes que son el reflejo el uno del otro y, quizás, por ello parecen chocar pero, aunque ni uno ni otro lo reconozca abiertamente, también parecen necesitarse más, les cuesta más asumir su suerte. El tercer vértice es el del personaje de Blanca, interpretado por Lola Dueñas (Los amantes pasajeros), que acepta desde el primer momento la noticia y cree que lo sensato no son tratamientos agresivos que, dado el caso, raramente lograrán nada. Sin duda es el personaje que más fácilmente puede caer bien al público, simpático y que intenta revivir sueños de juventud.

No sé decir adiós es un tipo de película que no lo explica todo, que deja huecos en determinados momentos para que sea el espectador quien se sitúe (como cuando Carla se va y luego regresa de Barcelona, o cuando esta se da a la fuga...), es un film sobre lazos familiares, sobre personas perdidas y sobre la difícil que resulta despedirse de un ser querido aun cuando en apariencia se trata de individuos que chocan. Es una película que, en definitiva, deja poso. Buen debut.


LO MEJOR:
-El trío protagonista: Juan Diego, Nathalie Poza y Lola Dueñas lo hacen genial.
-Buen debut el de Lino Escalera, con un film sobrio, que huye de la lágrima fácil.

LO PEOR:
-Que pasara prácticamente desapercibida por la cartelera.

¿Quién debería verla?
A quien le guste los dramas de corte realista, sin dulcificar.

¿Y quién no?
Quien espere una comedia.

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