02 junio 2010

Splice

No, no os he abandonado, han sido causas de fuerza mayor las que me han impedido actualizar antes el blog, así que he vuelto, con fuerza nuevas..., y una vieja crítica.

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Splice era una de las obras más esperadas de la VII Muestra Syfy de Cine Fantástico, el porqué es muy simple: Vincenzo Natali.
Clive y Elsa son una brillante pareja de científicos que se dedican a mezclar ADN para crear criaturas que la naturaleza no ha fabricado, con dichas criaturas pretenden aislar proteínas que posteriormente sirvan para fármacos con los que aumentar las arcas de la empresa farmacéutica para la que trabajan. Pero ellos no están del todo satisfechos, sino que desean dar un paso más allá para así obtener remedios para los grandes males del hombre, por lo que sin autorización de nadie, subrepticiamente, realizan un experimento mezclando ADN humano. Obviamente, las cosas no saldrán como planeaban.

El mayor fuerte del film que nos ocupa, de lo que va al fin y el cabo, es el dilema moral, el hasta dónde podemos llegar en pos del avance científico (y si ese avance no es más por el ego henchido del científico, por sus deseos de notoriedad, o si realmente lo hace por el bien de los demás). Durante las dos horas de duración es esa la cuestión que se plantea una y otra vez, y donde los protagonistas van alternando los papeles, ora es la mujer la que empuja a seguir (la mayoría de las veces es ella, todo sea dicho), ora es el hombre quien defiende la criatura. Pero en cada ocasión dan un paso más allá, se separan más y más de la frontera que se supone está impuesta por las leyes de la moral, hasta que llegado un momento parecen no distinguir qué es lo que está bien de lo que está mal.

Vincenzo Natali se convirtió en un director de culto gracias a Cube, extraño y fascinante film cuyo final nos dejaba anonadados y con una inmensa curiosidad por saber qué había afuera (seguramente eso lo intentarían "arreglar" con las dos secuelas, las cuales no he visto), de ahí que Splice genere tanta expectación, pues tendemos a imaginar que siempre nos va a sorprender con algo nuevo alguien que ya lo hizo. Pero eso no siempre ocurre, éste no es el caso, no sorprende, pero tampoco es una mala película. El comienzo es más bien dramático, donde una especie de Eva convence al que sería Adán para cruzar la línea (aquí no hay manzana, sólo genes), luego la cosa avanza más o menos bien, manteniendo siempre el dilema; pero en la última parte gira todo por derroteros mucho más convencionales, y el final no deja de ser también bastante previsible.

Los protagonistas absolutos son Adrien Brody (El pianista, Predators) y Sarah Polley (La vida secreta de las palabras, Amanecer de los muertos), además lo secundan David Hewlett (Cypher), entre otros. La verdad, lo que menos me convence de Brody es su peinado, el cual me da la impresión que se lo han puesto para que se parezca al que hace de su hermano, por lo demás creo que actúa tan bien como siempre, al igual que Sarah Polley. El reparto, pues, convence.

Splice es, por lo tanto, una entretenida película que podría haber dado mucho más de sí si Vincenzo Natali se hubiese arriesgado más. El resultado final no sorprende, aunque es cierto que tiene destellos de intentarlo.


LO MEJOR:
-La criatura, adorable del todo al principio; fascinante y tenebrosa al final.
-Los efectos especiales, el diseño de la criatura.
-El dilema moral planteado, no por ser visto en otras ocasiones deja de estar candente.

LO PEOR:
-La segunda criatura se desarrolló demasiado rápida, resta credibilidad.

¿Quién debería verla?
Si te gustó Species y otras películas con experimentos científicos de por medio.

¿Y quién no?
Si albergas muchas expectativas acabará por defraudarte, o sea, a aquellos que tengan demasiadas expectativas no se la recomiendo.


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