28 agosto 2025

John Wick, de Greg Pak, Giovanni Valletta y Matt Gaudio

John Wick es un misterioso individuo que aparece por la ciudad de El Paso bien armado y con la intención de cobrarse venganza por un hecho acontecido más de una década atrás.

No soy muy amigo de comprarme productos derivados de franquicias cinematográficas, más que nada porque empezar puede ser tan complicado como terminar, dada la marabunta de subsagas, spin-off, universos alternativos, precuelas, recuelas, reinicios o adaptaciones con las que suelen marear a los siempre hambrientos fanáticos de nuevas aventuras. Quizás por eso mismo me hice con este tomo de John Wick, por su sencillez al ser único, por ampliar la historia del hierático antihéroe encarnado por Keanu Reeves y por una presentación atractiva y un precio ajustado que despertaron mi curiosidad lo suficiente.

Si en la primera película fuimos testigos de cómo se las gastaba Wick ante los asesinos de su perro, y la segunda se inicia dando cera para recuperar a su querido Mustang, este tebeo nos traslada años atrás, antes de meterse en el particular submundo ideado por Derek Kolstad, pero con las mismas malas pulgas y ansias de vengarse de siempre. Una venganza que se resuelve con la habitual combinación de peleas cuerpo a cuerpo y la utilización de armas de diverso calibre, unidas las diferentes confrontaciones por unos hilillos con los que armar la excusa para la acción, con la elementabilidad habitual de la saga y con diálogos igualmente parcos, con muchas frases cortas y contundentes mezcladas con reconocibles chascarrillos. Así que tenemos un guion básico despojado de casi cualquier elemento de adorno, sin enrevesarse de más aunque con alguna ingeniosa trampa (a los Bill) parcialmente fallida pero divertida para el lector.

Esta sencillez da a los conocedores los ingredientes que buscan de una obra protagonizada por John Wick, pero aunque está muy bien que Greg Pak, el guionista, se haya mantenido en la línea, también es cierto que si se hubiera esmerado más (o le hubiesen dejado), tampoco nos habría desagradado. Cuenta cosillas sobre el pasado de Wick, pero lo hace apenas superficialmente, sin escarbar lo más mínimo en su infancia (se saben sus orígenes humildes y ya...) ni, por supuesto, en cómo adquirió sus habilidades matariles. Al menos la motivación ya nos la muestran insistentemente a través de recurrentes flashbacks, algunos de una sola viñeta, en la mayoría de ocasiones no aportando nueva información pero con la sana intención de tejer paralelismos con el presente (y aún así, a mi juicio, son redundantes).
Otro hándicap que le veo a este cómic dibujado por Giovanni Valetta (capítulos 1 y 2 y las portadas) y Matt Gaudio (capitulos 3, 4 y 5) es que tiene momentos narrativamente confusos o resueltos chapuceramente. Esto no sé si partirá del propio guion o de la interpretación del dibujante (o de ambos), pero la cuestión es que eso de que aparezcan personajes de la nada con un bazuca, o que en un supuesto momento de máxima tensión le dé tiempo al protagonista de hacer una llamada, firmar un contrato y que aparezca la policía como por arte de magia, deja mucho que desear.

El dibujo, por cierto, es cumplidor en general. Los diseños de los personajes son fieles al aspecto de los actores de los films (el mencionado Reeves y Reddick), siendo consecuentemente de aspecto realistas el resto de caracteres. Esta fidelidad siempre resta expresividad, pero en el caso del protagonista de Matrix apenas se nota. Los fondos no están especialmente trabajados y muchas veces son inexistentes, pero sí que se percibe el esfuerzo por trasladar el lenguaje corporal (como las poses o los andares) del celuloide al papel. El color, sobre todo en las portadas, está sacado directamente de las escenas icónicas de las películas.

La gente de Fandogamia Editorial demuestra su amor por el arte secuencial con una edición encuadernada en tapa blanda sin sobrecubiertas, 132 páginas a color, la mayoría de ellas para la historia y 9 de ellas para una galería de portadas alternativas (no pocas de ellas fotogramas de las pelis). Tiene alguna errata (incluyendo una en la contraportada) pero ninguna significativa. Su precio de salida fue 13 euros.

Como es previsible en este tipo de obras derivadas, John Wick no es una joya pero sí un tebeo que amplía (vagamente) el universo que ya conocemos (y que, todo sea dicho, tampoco es excesivamente coherente), ofreciendo sus dosis de acción, su pizca de humor y un buen rato de entretenimiento sin complicaciones.
 
 
LO MEJOR:
-No es una maravilla del noveno arte, pero es un pasable entretenimiento que seguro apreciarán los conocedores de la franquicia de la que parte.
-Una edición con el buen hacer de Fandogamia.

LO PEOR:
-Tiene situaciones confusas y otras resueltas de forma chapucera.
-Un poco raras esas piedras ardientes del último capítulo.

Más disparos y tortas (en celuloide):
Bullet Train

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