John Wick: Pacto de sangre

Después de recuperar su coche, John Wick espera definitivamente retirarse, jubilarse y dejar atrás sus días de asesino. Pero un viejo conocido le viene a reclamar un pagaré que tiempo atrás selló con su sangre.

A lo tonto, John Wick, que ni siquiera se estrenó en cines en España, se ha convertido en un film de culto venerado por seguidores de la acción. Y es que fue toda una sorpresa no solo volver a ver a Keanu Reeves dando mamporros, sino su estética, la contundencia de las secuencias de acción y una historia que si bien no era una maravilla al menos servía para sostener todos los engranajes.

Por todo ello había ganas de más tortas, y más cuando los responsables de la primera entrega, Chad Stahelski (que, curiosamente, fue el doble de acción de Reeves en Matrix y Matrix Reloaded, además de coordinador de especialistas en las dos últimas entregas de la trilogía de las Wachowski) y Derek Kolstad (que antes de John Wick no es que haya escrito ningún libreto muy exitoso), también tomaron los mandos en esta John Wick: Pacto de sangre (John Wick: Chapter 2, 2017), en la que nos ofrecen muchas más acción, además de una mejor historia y una ampliación del curioso mundo delictivo donde se mueven los personajes.

Es este mundo que comento una de las cosas que a un servidor más atrajo de la primera parte, sin duda se trataba una historia de asesinos, pero curiosamente había unas reglas básicas muy claras que todos debían seguir y, en caso de no hacerlo, atenerse a las consecuencias. Como la prohibición de atacar a nadie en el hotel (hoteles en esta entrega), mientras que aquí se conoce la existencia de una mesa donde se reúnen en cónclave todas las mafia; o los pagarés, ese pacto de sangre que da título al film y que obliga a su firmante a hacer lo que le pida la otra persona, por no hablar de otros detalles sorprendentes como el que forma parte Laurence Fishburne, que se reencuentra aquí con su compañero de la Trilogía Matrix. Estos detalles y el hecho de que la historia sea menos básica, con algunos apuntes del pasado del protagonista, hacen que esta secuela sea superior.

Obviamente el protagonista aquí es Keanu Reeves (La leyenda del samurái), que demuestra que está en plena forma al realizar gran parte de sus escenas de acción, y que su rostro imperturbable encaja a la perfección con el personaje. El rapero Common (Selma) también tiene un importante papel, el cual se enfrenta a Wick en dos fantásticas peleas; Riccardo Scamarcio (Edén al Oeste) es otra de las nuevas incorporaciones, y el motivo por el que el bueno Johnnathan no podrá retirarse; mientras que Ruby Rose (xXx: Reactivated) es una asesina de pocas palabras. También están ahí Ian McShane (Piratas del Caribe: En mareas misteriosas), Lance Reddick (Fringe), Claudia Gerini (La pasión de Cristo), John Leguizamo (El incidente) y, por supuesto, Laurence Fishburne (Passengers), entre otros.

En fin, que John Wick: Pacto de sangre satisfará a todos los que busquen cine de acción del bueno, con secuencias tan espectaculares como la de la fiesta en Roma y la huida posterior por los túneles, o el acoso y derribo al que se ve sometido el protagonista en Nueva York. Pura adrenalina.

LO MEJOR:

-Las secuencias de acción.

-Una historia más elaborada que en la primera entrega, un mundo que se amplia.

-La realización, la fotografía y la banda sonora.

-El final. Deja las cosas muy difíciles al protagonista y promete una tercera parte con mucha más acción.

LO PEOR:

-La secuencia en la fiesta en Roma, aun siendo magnífica, se parece un poco a la de la discoteca del filme precedente.

¿Quién debería verla?

Los que gustasen de la primera parte les entusiasmará esta secuela; así como a cualquiera que disfrute del cine de acción.

¿Y quién no?

Quien espere una historia muy enrevesada o elaborada. Aquí se prescinde de todo adorno.