15 octubre 2015

Locke

Son varios los ejemplos recientes de filmes donde la acción transcurre en lugares cerrados, como la angustiosa Buried (Enterrado), donde Ryan Reynolds las pasaba canutas en un ataúd; o La trampa del mal, cuya acción se reducía a un ascensor. Steven Knight, director de filmes como Redención (con Jason Statham) y guionista de Promesas del este, Negocios ocultos, entre otros, nos propone en Locke (ídem, 2013) otro ejercicio de escenario reducido en una historia tan sencilla como dura.

Ivan Locke sale en dirección a Londres desde la obra donde trabaja por culpa de un error que cometió y la posterior decisión de afrontarlo. Por el camino intenta, vía teléfono móvil, que el vertido de hormigón que debería estar supervisando salga bien, mientras que intenta tranquilizar a la persona que le espera en Londres y explicar a su familia lo que está a punto de hacer.

Steven Knight también escribe el libreto donde Tom Hardy (Mad Max: Furia en la carretera) es prácticamente la única presencia humana en la pantalla, el resto son solo voces a las que le ponemos caras y gestos en nuestra imaginación. A pesar de ello Knight, con una narración prácticamente en tiempo real, consigue no solo transmitir el drama que vive cada uno de los personajes (y el gran drama del protagonista, desde luego) sino que logra que esos 85 minutos de metraje no se hagan soporíferos o en exceso repetitivos, sino que valgan la pena. Porque, si bien el comienzo no es de los que pegan a la butaca, la tensión y el suspense crecen a medida que pasan las conversaciones telefónicas y se van conociendo datos: el motivo de la huida hacia adelante, los porqués de la decisión, los intentos de arreglar o al menos de no estropear las cosas por completo... Al final uno se queda con la sensación de haber vivido una experiencia vivificante, que deja mella y te hace seguir pensando pasado un buen rato de haber visto el filme.

Reseñar la gran labor de Tom Hardy, el actor se luce con su traumatizado personaje, decidido a seguir adelante e intentar salvar al menos una parte de lo que deja atrás, y lo hace con una interpretación auténtica, para nada melodramática, pero siempre con las emociones a flor de piel. Le acompañan las voces de Olivia Colman (Arma fatal), Ruth Wilson (El llanero solitario), Tom Holland (Lo imposible), Ben Daniels (House of Cards) y Lee Ross (Centurión), entre otros.

Locke es una historia de culpa y de responsabilidad, un viaje hacia la redención y en cierto modo, también, al suicidio de una vida y el comienzo de otra; no se sabe si mejor o peor, más o menos cómoda, pero desde luego una vida honesta.


LO MEJOR:
-Que te deja pensando.
-Un gran Tom Hardy.
-La buena labor de Steven Knight, que consigue que la cosa vaya de menos a más.
-Que es una osada película.

LO PEOR:
-Por poner algo, que su inicio no resulta especialmente interesante.

¿Quién debería verla?
Cualquiera que disfrute de filmes que proponen algo nuevo, así como a todos aquellos que les guste salir de la sala con la mente en ebullición.

¿Y quién no?
Quien espere una película de carreras, o a quien le entre dolor de cabeza si le hacen reflexionar.

3 comentarios:

Isabel Robleda dijo...

No pinta mal la verdad, me la apunto ;)

PilarG. dijo...

Rara de narices, pero buena. A mí me gustó y me dejó buen sabor de boca.

Neovallense dijo...

Isabel Robleda: pues apúntatela bien apuntada que a buen seguro no te dejará indiferente. Ya nos contarás ^^

Pilar: esa es una de sus grandes virtudes, que deja poso, al final te deja sentado en la butaca (o en la silla, sofá...) pensando en lo que has visto, digiriendo las imágenes y diálogos.


Muchas gracias a ambas por comentar y compartir impresiones :D