Nos encontramos en un mundo poblado por osos y ratones. El mundo exterior pertenece a los primeros, mientras que las cloacas y cavernas son el hábitat de la civilización roedora. Los osos (y especialmente las osas) odian a los ratones, mientras que a estos últimos se les enseña desde muy pequeños que los osos son seres salvajes y perversos deseosos de llevarse a la mínima oportunidad uno (o muchos) roedor(es) a la boca. Sin embargo, Célestine, una ratoncita huérfana, no cree que todos los osos sean tan terribles. Así que cuando, cierto día, se tropieza con el hambriento Ernest, no ceja en su empeño hasta lograr que sea su amigo.
Conocí la existencia de Ernest & Célestine (Ernest et Célestine, 2012) gracias a que optó a muchísimos premios (y se llevó no pocos, como el César a mejor película animada), rápidamente vi el tráiler y su estilo me engatusó, así que cuando tuve la oportunidad aproveché para verla en pantalla grande. Y solo puedo decir que el filme, dirigido a seis manos por Benjamin Renner, Stéphane Aubier y Vincent Patar, es una de esas producciones de factura artesana que encandila gracias a una historia sin filigranas ni giros dramáticos, sino que apuestan por la sencillez, y a la vez se apoyan en unos personajes (especial, y lógicamente, en los dos protagonistas) con personalidades bien diferenciadas.
Célestine es una ratona con sus propias ideas, un tanto obstinada y también muy dulce; Ernest es igualmente cabezota, goloso como pocos osos y muy rudo, pero en el fondo es tierno y cariñoso. Ambos son una extraña pareja cuya amistad va contra el orden establecido, pero que luchan hasta el final para que el mundo los acepte como tal.
Visualmente estamos ante una película que, al igual que con la historia, se decanta por la sencillez. Una sencillez rica en matices, con un bonito diseño de personajes y unos escenarios de colores pastel. Básicamente, los realizadores y el guionista (Daniel Pennac), han sido fieles con el material en que se basan, los cuentos escritos e ilustrados por la fenecida Gabrielle Vincent.
Ernest & Célestine es otra de esas pequeñas producciones que llega a poquísimas salas, pasando prácticamente desapercibida, pero que merece la pena conocer. La historia de amistad que cuenta no está exenta de crítica, sus personajes son tiernos y divertidos, y su estilo, como si fueran acuarelas, es simplemente precioso. Ideal para pequeños y grandes.
LO MEJOR:
-El diseño de personajes y escenarios, dibujados como si fuesen acuarelas.
-La historia, sencilla pero muy bonita, con un gran transfondo.
LO PEOR:
-Que grandes peliculitas como esta pasen desapercibidas ante la competencia de superproducciones realizadas con CGI.
¿Quién debería verla?
Los más pequeños de la casa seguro que la disfrutan mucho, así como aquellos progenitores (y espectadores en general) que aún conserven un niño en su interior.
2 comentarios:
Yo desde luego no la conocía... si que ha pasado desapercibida, si. Y eso que tiene un aspecto encantador.
Pues échale un ojo en cuanto puedas, seguro que no te defrauda ^^
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