14 abril 2016

Misión: Imposible – Nación Secreta

Con Misión: Imposible – Protocolo fantasma me lo pasé de fábula, así que no me desagradaba para nada la idea de que siguieran explotando la franquicia cinematográfica nacida hace cerca de veinte años y, visto lo visto, me sigue sin desagradar.

De nuevo la FMI (la Fuerza de Misión Imposible, que no el Fondo Monetario Internacional dirigido por Lagarde, una organización sin duda digna de ser el malo de una película) se ve en apuros. Primero por una comisión de investigación que pone en duda su eficacia y ética y, segundo, por el Sindicato, una misteriosa organización criminal que intenta provocar un cambio de paradigma internacional.

A Tom Cruise le gusta asociarse con realizadores con los que se ha sentido cómodo y, encima, tenido éxito, así que el hecho de que el director que escogió para Misión: Imposible – Nación secreta (Mission: Impossible – Rogue Nation, 2015) fuese Christopher McQuarrie no pilló de improviso, entre otras cosas por el éxito que cosechó Jack Reacher, así como la buena acogida crítica que tuvo. No obstante, y antes de este filme, McQuarrie y Cruise probablemente se conocieron en Valkiria, cuyo libreto coescribió, además de haber coescrito también el guion de otro filme protagonizado por el astro hollywoodiense, Al filo del mañana. Vamos, que director y actor-productor se llevan bien y se tienen confianza.

Hecho que, pienso yo, repercute siempre en la obra, y más cuando el realizador se encarga también de la historia. Y, también pienso (hoy me ha dado por ello, qué le vamos a hacer), aquí lo ha hecho de forma positiva, puesto nos encontramos ante la quinta entrega de una saga que creíamos agotada en su primera secuela pero que, por suerte, supo remontar tras el bache y generar una serie de películas con mucho suspense y acción trepidante.
Combinación que mantiene Misión: Imposible – Nación secreta, eso y el tradicional y espectacular prólogo que, en cierto modo, homenajea a la secuencia del tren del primer film. Aquí, como he adelantado tres párrafos atrás, la agencia FMI, como ocurrió en Protocolo fantasma, vuelve a estar en peligro por cuestiones externas e internas, teniendo que actuar en la más absoluta clandestinidad, persiguiendo a un enemigo prácticamente invisible que siempre va un paso por delante y que, para añadir dificultad al asunto, usan a diestro y siniestro para alcanzar sus fines, por lo que la duda de si con tal o cual acción se está actuando, digamos que, bajo el libre albedrio o, quizá, dirigidos por un invisible titiritero siempre está en el aire.

Es, pues, esa incertidumbre creciente uno de los puntos que va generando tensión y, por tanto, emoción a la historia. Tensión que, de cuando en cuando, se libera con una buena dosis de acción, protagonizadas casi todas ellas por Tom Cruise, cuyo protagonismo es indiscutible (Jeremy Renner, que parecía que le iba a disputar planos, aquí no es tanto un hombre de acción como de “oficina”, aunque en la próxima tiene pinta que será más de lo primero) y de las que también es partícipe el rostro femenino de Rebecca Ferguson (Hércules), quien sorprende en más de una ocasión con su letal rapidez. Ella, Cruise y un puñado más de individuos son los protagonistas de la secuencia más espectacular y emocionante de la cinta, que no es otra que una persecución en coche y motos.

Por otra parte, el equipo que apoya a Ethan Hunt sigue manteniéndose. Simon Pegg (Star Trek: En la oscuridad) vuelve a encarnar al informático del grupo, Benji Dunn, teniendo la misma o más importancia que en el film precedente; Ving Rhames (Piraña 2 3D) abandonando de manera momentánea las producciones de serie B en las que suele trabajar, en esta ocasión no tiene un papel testimonial, sino que regresa con más presencia y volumen. Alec Baldwin (Torrente 5: Operación Eurovegas) es una nueva incorporación, se trata de un tipo de la CIA que no ve con buenos ojos a la FMI, a buen seguro será un personaje que veremos en la sexta entrega, como queda bien claro el final de esta película; mientras que Sean Harris (Prometheus) es el malo maloso, aunque el personaje de Simon McBurney (La teoría del todo) no es que sea mejor persona.

Vamos, que Misión: Imposible – Nación secreta no solo convence y cumple, sino que mantiene muy alto el nivel de la saga de espías, dando todos los ingredientes a los que nos tienen acostumbrados y no resultando repetitivos. Una gran opción para pasar un rato estupendo.


LO MEJOR:
-Que mantiene el tipo ante la entrega anterior, que era muy buena.
-Sus escenas de acción, especialmente la persecución en moto.
-Una historia que va creciendo en ritmo y acción, y una intriga sostenida.
-El reparto.
-La realización y la banda sonora.
-En todas las películas de la serie hay una estupenda secuencia de infiltración, esta ocasión no iba a ser menos y, aunque falta el clásico cable, el salto al menos no.

LO PEOR:
-Cierto momento publicitario (de cierto juego de cierta compañía de software yanqui).
-Ese velado mensaje (así lo veo yo al menos) de que los yanquis son gente con ética y la sobrepasan a veces solo movidos por las circunstancias..., y que otros no la tienen.

¿Quién debería verla?:
Los seguidores de la saga y quien busque una buena película de intriga y acción.

¿Y quién no?:
Quien no le guste el estilo de la franquicia.

3 comentarios:

Chechu Rebota dijo...

SI te soy sincero, de esta saga solo he visto la primera entrega, que me gustó mucho, y parte de la segunda, que no me agradó tanto. Aún así debería darle una nueva oportunidad a ver si así sigo con la saga.

eter dijo...

A mi no me gustó tanto como la cuarta, y creo que argumentalmente la saga tiende a repetirse un poco demasiado... No obstante, es un entretenimiento de primera, y además me encanta ver que parece que han encontrado de una vez un "equipo" estable. Ethan Hunt puede ser el protagonista absoluto, pero me gusta más cuando las películas se parecen a la serie original y trabajan en equipo.

Neovallense dijo...

Chechu: la segunda sin duda es la más floja, entretiene pero deja que desear. Te recomiendo que veas las que te faltan, saltándote la segunda entrega si no te apetece, porque ya la tercera mejora y la cuarta es la mejor según mi punto de vista (y el de eter, jeje).

Eter: a mí la cuarta me gustó también más, pero está quinta mantiene el tipo aunque es cierto que repiten esquema argumental. Y sí, lo suyo es que sean un equipo, no un héroe con un grupo de personas de apoyo a sus espaldas. Yo espero que en la sexta entrega (que seguro que la haya) den alguna vuelta de tuerca.


Saludos, y mychas gracias a ambos por vuestras impresiones ^^