Durante los bastante pasaditos días 29 y 30 de abril y 1 de mayo se celebró, como cada año desde el 2000, el Salón Manga de Jerez de la Frontera, al cual, como, también, cada año desde el temido 2000, asistí.
El día elegido fue el habitual, o sea, el sábado y también como es costumbre en mí no participé en ninguna actividad de forma activa (valga la redundancia), aunque sí que disfruté con ellas desde un lugar seguro.
Respecto a si hubo novedades o no... Poco se puede añadir a lo que hay pienso yo, o sea, que a primera vista no las hubo. Lo que sí que ha habido más son conferencias, fui a dos de ellas, la primera de Irene Roga, autora de La canción de Ariadna, y la segunda de Marc Bernabé, así como a la divertida sesión de Audiorelatos. La conferencia de Irene Roga iba de ella misma, así que nos enteramos los allí presentes cómo fueron sus inicios en el manga, su forma de trabajar, etcétera, fue amena e interesante; la de Marc Bernabé, que tuvo una gran afluencia de público, estaba dedicada a su proyecto Masters of Manga, dicho trabajo es un proyecto multimedia (así lo define su autor) cuyo fin último es publicar tres libros con entrevistas y datos de autores (japoneses) míticos de manga, una manera de dar a conocer a viejos clásicos que la mayoría de los otakus ni han escuchado mencionar. La sesión de Audiorelatos consistía en la narración de una aventura de Luffi, Zorro y compañía contada por los dobladores de la serie, el personal (me incluyo) alucinó al escuchar en directo y en vivo a los actores de doblaje hablando como dichos personajes.
Vamos, que el XII Salón Manga de Jerez estuvo tan bien como suele estar, mucha asistencia, muy buen ambiente y frikis por doquier; aunque, eso sí, la última proyección del sábado, que suele ser muy divertida, resultó un tanto descafeinada por dos razones:
1. La serie que pusieron era mala, estaba censurada y el que había puesto los subtítulos no se había sacado ni la ESO.
2. Uno de la organización no entendió que uno ve hentai en grupo para divertirse y no con los fines con los que lo puede ver en solitario. Es ridículo que mande a callar a la gente que jaleaba y decía tonterías, amenazando incluso con parar la proyección si no lo hacían.
Otra de las cosas que me resultaron incomprensibles, y más habiendo una autora presente, es que, salvo un tomo de Himawari que ni los encargados sabían que estaba allí, en ningún stand se podía encontrar ninguna obra de la Línea Gaijin. Me parece muy absurda esa ausencia, absurda e injustificada, o al menos digna de un expediente X, porque de Glénat había tomos de autores nipones.
Finalizo estas pocas notas con un vídeo (disponible en 1080p) con el que podréis echar un vistazo al evento, el ambiente, algunas de las actividades, lo mal que cantaban los del karaoke... Ideal para aquellos que nunca se hayan pasado por el salón y quieran tener una idea aproximada de cómo es el ambiente.
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