Blancanieves y la leyenda del cazador

Los cuentos populares están de moda, eso es un hecho que se refleja tanto en el cine como en la televisión, ya sea en series como Grimm o Érase una vez, o en películas como la Blancanieves de Tarsem Singh, la futura Hansel and Gretel: Witch Hunters  (con unos hermanos ya maduritos, eso sí), otra Blancanieves made in Spain, Maleficent con Angelina Jolie haciendo de mala u otra versión en carne y hueso de la Blancanieves con sus enenitos que iba a llevar a cabo Disney, pero que han terminado de cancelar por el chasco comercial de John Carter. Blancanieves y la leyenda del cazador (Snow White and the Huntsman, 2012) es, por tanto, otra muestra más de esa corriente de revisionar cuentos clásicos que, quizá, comenzó con la mediocre Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton.

La historia de Blancanieves la conocemos todos a grandes rasgos, y esos grandes rasgos siguen estando en esta versión dirigida por Rupert Sanders, en la que es su primera incursión cinematográfica, cuya historia han escrito Evan Daugherty (en la que es su primera participación como guionista), John Lee Hancok (director de películas como El Álamo y The Blind Side) y Hossein Amini (que escribió el libreto de la magnífica Drive).

Intenta empezar bien Blancanieves y la leyenda del cazador, con un prólogo sobre el papel interesante pero en ejecución se ha quedado sin épica alguna, esa batalla, por ejemplo, contra el ejército oscuro apenas tiene un par de destellos de interés; prosigue con una ambientación siniestra pero que impone poco, y cuando escapa la princesa sí que logra cierto grado de emoción, cosa que uno se espera que siga cuando se adentra en el Bosque Oscuro, pero que tampoco consigue a pesar de alguna que otra pincelada de interés disfrazada de monstruo tenebroso e insectos. Quizá esta parte, con el montaje paralelo de lo que le ocurre a Blancanieves y lo que acaece en el castillo y la búsqueda de alguien que pueda adentrarse en el mencionado bosque, habría podido tener un mayor interés si no pasara de forma tan rápida; del tirón encuentran al cazador y del tirón el cazador encuentra a la moza huida, como si se hubiera escapado hace un rato y el Bosque Oscuro estuviera a la vuelta de la esquina. Sin embargo no todo el film es anodino, a partir del instante que se cruzan con los enanos la cosa empieza a convertirse en un buen entretenimiento, estos y sus dispares personalidades le dan mucha vida al film, puesto que la química entre el forzudo cazador (por cierto, ¿desde cuando la herramienta de los cazadores es el hacha?) y la inocente y pura princesa es tirando a escasa; pero a pesar de ello el último tercio tampoco consigue ser épico, aunque sí que es más entretenido que el principio.

En alguna crítica a la que le he echado un ojo opinan que Rupert Sanders se ha dejado influenciar notablemente por Peter Jackson y su trilogía de El Señor de los Anillos, no obstante un servidor ha visto más a Ridley Scott que al realizador neozelandés. La mencionada batalla del prólogo recuerda y mucho, sobre todo en el paisaje, al comienzo de Gladiator, mientras que la cabalgada final por la blanca arena de la playa es claramente deudora de Robin Hood. Por otra parte, en el diseño del trol veo influencia de las últimas incursiones fantásticas de Guillermo del Toro (Hellboy II y El laberinto del fauno, concretamente). De todos modos, en todo film fantástico post trilogía del anillo vamos a ver algo que nos recuerde a la misma, todavía nadie ha realizado una película de fantasía que haga olvidar la labor de Peter Jackson.

También hojeando críticas percibe uno que los elogios más efusivos se los lleva una malvada y tan hermosa como siempre Charlize Theron (Young Adult), pero hoy estoy con ganas de hacer la contraria, y aunque me ha gustado la actriz sudafricana como malévola bruja, la verdad es que los que verdaderamente me han conquistado han sido los siete enanitos. Y qué enanitos, entre ellos tenemos a Ian McShane (Piratas del Caribe: En mareas misteriosas), Toby Jones (Luces rojas), Ray Winstone (Sexy Beast), Eddie Marsan (Redención), o Bob Hoskins (Brazil), y lo completan Brian Gleeson (La legión del águila), Johnny Harris (RocknRolla) y Nick Frost (Attack the Block); como digo me han gustando mucho, sus apariciones aportan la salsa que le falta al resto de la película. Por supuesto también está ahí Chris Hemsworth (ya se sabe, Thor), que se podría decir que está pasable; Kristen Stewart, sosilla la mayoría del tiempo, le va a costar quitarse el crepúsculo de encima (si es que lo hace algún día); Sam Claflin como amiguete de infancia de la princesa, y que también hace un trabajo un poco insípido, y el hermanísimo de la reína Sam Spruell (En tierra hostil), que no me lo terminé de creer, y, por último, como duque (poco) rebelde está Vincent Regan.

Fui a verla con ganas, el tráiler me sorprendió porque pintaba ser una historia oscura y, aunque así es, el resultado me ha parecido fallido, con momentos que sobran (esa enseñanza de blandir un puñal, por decir uno) y otros muchos carentes de épica, la parte que transcurre en el "bosque verde" es la que produce mejores sensaciones y, por desgracia, no es muy larga. Al menos no causa sopor.

LO MEJOR:

-Los enanitos, así como la estancia en el bosque verde y el encuentro con el venado.

-Charlize Theron, una mala hermosa, torturada y torturadora.

-Estéticamente tiene más de un acierto.

LO PEOR:

-Un guion bastante mejorable.

-No es por meterme con la chavala, pero Kristen Stewart resulta un poco bastante sosa.

¿Quién debería verla?

Si te gustó Alicia en el País de la Maravillas de Burton es posible que disfrutes, ya que su nivel es similar (o sea, que más o menos es igual de mediocre).

¿Y quién no?

Si buscas una buena película de fantasía y aventuras saldrás decepcionado.