04 julio 2012

Red State

En un pueblo de mala muerte de algún lugar de los Estados Unidos, una secta endogámica, de la que ni quieren oír hablar los nazis, se dedica a llamar la atención con protestas contra los homosexuales y a rezar como su venerado y temido dios ordena. Pero no solo se limita a esas dos cosas aparentemente inofensivas, cosa que comprobarán por desgracia un trío adolescente con las hormonas por la nubes, así como varios agentes de la ley.

Me decidí a ver Red State (ídem, 2011) por las muchas críticas positivas (hasta entusiastas, diría yo) que se podían ver por la red, sin embargo, tras hojear alguna opinión para nada favorable, acabé yendo al cine no tan convencido. Y una vez vista, pienso, ¿qué opino yo? Y mi respuesta quizá es un tanto ambigua.

Kevin Smith, ese director que se hizo bastante conocido gracias a films como Clerks, llevaba un tiempo de capa caída, repitiéndose en más de una ocasión y cuando intentaba digamos, cambiar, le salía una película tan fríamente recibida como ¿Hacemos una porno? Así que supongo que pensó que tenía que dar un giro a su carrera, y para ello optó, ya que en Hollywood parece que no había mucha confianza en el proyecto, pasar de los estudios e ir un poco por su cuenta. Para muchos Red State ha supuesto una reconciliación con el realizador de Dogma, para mí, que no me he tragado ninguna de sus películas entera, la experiencia ha sido un poco desconcertante. Me gusta como empieza, con esos adolescentes rumbo a una vagina, me gusta la arenga del predicador, aunque para mi gusto quizá explica demasiado, me gusta la escena (bastante angustiosa) de la crucifixión moderna, pero cuando aparecen las fuerzas del orden y se forma el meollo, no sé, digamos que no lo veo del todo natural cómo sucede todo. Me da la impresión de que toda esa parte está un poco forzada, dirigida hacia un final en particular, donde muchos pecadores acabarán salvándose y otros que no eran tan pecadores caen, curiosamente, por los que supuestamente debían socorrerlos. Particularmente, la actitud del agente interpretado por John Goodman no me resultó del todo creíble, en principio parece que está superpreocupado por que en la casa haya criaturas menores de edad, pero luego cambia de parecer (con el ceño fruncido, eso sí) por no quedar en ridículo ante el FBI.

Hablando del reparto, Michael Parks (Death Proof, Kill Bill) convence como fanático, su interpretación tiene momentos notablemente buenos, como la mencionada arenga o en el final del asedio. No sé si es porque la chavala es bastante guapa, pero me creí al personaje de Kerry Bishé (Sexo en Nueva York: La película), una chica consciente de que su secta es tan pecadora como el mundo que la rodea, y con una sincera preocupación por los más pequeños; John Goodman (Speed Racer), no sé, me descuadró, es un intérprete que siempre me ha gustado, pero aquí lo veo un poco perdido. Obviamente hay más rostros, como Michael Angarano (Casi famosos), Nicholas Braun (Sky High, una escuela de altos vuelos) o Melissa Leo (Frozen River), pero en realidad es el primero quien tiene mayor protagonismo.

De Red State me han gustado muchos detalles, como ese boceto que hace de la sociedad estadounidense (y aplicable a otras muchas), con esa madre más preocupada por salir en la tele que porque una panda de chiflados muestren carteles de “Gays al infierno” en el entierro de uno, pero al final me he quedado sin tener claro si me me ha gustado o no, y es una sensación bastante extraña.


LO MEJOR:
-Que no hay buenos, aunque sí víctimas.
-Ese retrato de una sociedad podrida, así como el de la secta misma (que lo mismo es el gusano que consume a la manzana).

LO PEOR:
 -Que no termina de convencer, no resultan creíbles ciertas situaciones, que quizá están forzadas.

¿Quién debería verla?
Supongo que los seguidores de Smith, aunque sea por ver cómo ha cambiado de estilo y registro.

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