19 julio 2018

Elle

Michèle sufre un ataque en casa y es violada. Recoge el destrozo, limpia y actúa como si no hubiera pasado nada. Poco después empieza a recibir mensajes obscenos y amenazadores.

Hacía años que Paul Verhoeven no estrenaba ninguna cinta en pantalla grande (desde El libro negro, allá por el año 2006), así que un servidor se empezaba a preguntar si el hombre se había hecho mayor y retirado voluntariamente del cine, o simplemente no conseguía financiar sus proyectos. Así que, cuando en su momento observé que su nombre estaba en el Festival de Cannes (de 2016), me llevé una grata alegría y la certidumbre de que si llegaba su nuevo trabajo a España iba a verlo sin falta. Lo pensé y lo cumplí.

A pesar de que me faltan no pocos de sus trabajos por visionar, sin duda Verhoeven es uno de mis realizadores favoritos, entre otros detalles por su mala baba y el uso de la violencia extrema (casi paródica en ocasiones) en  filmes como la estupenda Starship Troopers (que no me canso de reivindicar), que lo convierten en un cineasta con una gran personalidad y difícil de clasificar.

Como difícil resulta clasificar Elle (ídem, 2016), filme con Isabelle Huppert (La venganza del hombre muerto) dando vida a una ejecutiva de un estudio de videojuegos, una mujer triunfadora con un pasado oscuro que no quiere recordar, un personaje duro y raro, aparentemente imperturbable y siempre contundente, independiente pero que se comporta con sumisión en ocasiones... Lo dicho, toda una extrañeza en un filme que está poblado de personajes cuanto menos dignos de denominar curiosos, los cuales parece atraer la protagonista para bien o para mal, la cual intenta averiguar quiénes de los numerosos enemigos que tiene (empezando por el trabajo) pudo hacerle lo que le hizo.

Con esto se podría pensar que estamos ante un relato detectivescos, pero lo cierto es que la cinta del realizador de Instinto básico poco tiene de eso, apenas unas pinceladas. Algo más sí que tiene de intriga, de thriller, sin embargo está salpicada de comedia, que aparece en los momentos más inesperados; por no hablar de sus personajes plagados de traumas. Vamos, que, como he anotado en el anterior párrafo, no sabe uno dónde encuadrarlo, y eso es uno de los puntos fuertes del filme, el que descoloque al espectador por sus situaciones y, también, por cómo actúa la protagonista, por que no pase lo que el sentido común dicta.

Personalmente me he quedado con la impresión de que se trata de un filme feminista, y esto lo creo así porque casi todos los hombre que aparecen o son zoquetes, un poco tontos e inocentes, u opresores, y porque las mujeres tampoco es que sean unas santas, son unas víboras (como la propia protagonista), pero también son maltratadas y sodomizadas (virtualmente), que terminan por liberarse de la opresión (en ese sentido quizá el hijo de Michèle sea una representación de la inversión de papeles en las generaciones futuras -una teoría quizá absurda-). 

Acompañando a Huppert, por cierto, tenemos a Laurent Lafitte (Los ríos de color púrpura) el vecino dispuesto a echar una mano cuando sea necesario; Charles Berling (Marie Curie) el exmarido sufridor, un escritor sin talento que sale con una mujer mucho más joven que él; Anne Consigny (Lo que el día debe a la noche) que da vida a la amiga y socia de Michèle, y Christian Berkel (El hundimiento), que se mete en el papel del esposo de esta. También pulula por ahí, entre otros, la veterana Judith Magre (El puchero hierve), que encarna a la sufridora madre de la protagonista.

El tramo final se resiente un poco quizá, no podría asegurar que le sobra metraje porque pienso que en un segundo visionado se puede captar matices que fácilmente podrían pasar por alto en la primera ocasión; pero sí que es cierto que, tras comprobarse la identidad del agresor (hecho que no coge desprevenido al espectador), aunque hay alguna situación más que interesante, da la impresión que se alarga la trama algo de más. En todo caso, muy feliz este regreso de Paul Verhoeven, que ojalá nos sorprenda positivamente con su próximo proyecto: Benedetta.

LO MEJOR:
-Isabelle Huppert.
-Que Paul Verhoeven regrese.
-Su capacidad de sorprender y de hacer reír.

LO PEOR:
-El último tramo se hace algo largo.

¿Quién debería verla?
Seguidores del cineasta neerlandés, así como amantes del cine que sorprende.

¿Y quién no?
Todo aquel que lo saquen un poquito de lo común y se asusta o aburre.

2 comentarios:

Chechu Rebota dijo...

A mí me gusta mucho, es una peli muy critica con la sociedad y feminista como tú bien dices. A parte de estos detalles también es una comedia negrísimo, casí una parodia de las pelis de Hanneke, con las que comparte algunas algunas ideas.

Neovallense dijo...

Algunos puntos de humor son ciertamente muy buenos. A mí no me terminó de convencer por completo, pero sí me dejó con la sensación de que con revisionados podía ganar.

Muchas gracias por dejarnos tus impresiones, Chechu ^^