13 marzo 2019

16 Muestra Syfy de Cine Fantástico

El pasado 7 de marzo, y hasta el domingo 10, se celebró nuevamente en los Cines Palacio de la Prensa la Muestra Syfy de Cine Fantástico, la decimosexta edición del mandanguero evento cinematográfico que reúne a los más selectos (y no tan selectos) cinéfilos y cinéfagos de la capital y alrededores.

Evento que es de los más esperados de cada año por un servidor, si no el que más, por razones que ya he comentado en otras ocasiones (el ambiente, ver muchas pelis a buen precio, las divertidas presentaciones de Leticia Dolera, poder visionar cintas que no llegarán a salas comerciales, reunirme con la Comunidad de la Muestra...), y que en esta edición tampoco ha decepcionado.

7 de marzo, jueves
Tras el flojo film inaugural de la decimoquinta Muestra, era difícil que en esta fuese a peor, siendo otro título distribuido por Disney, Capitana Marvel, el merecedor de tal honor.

La película protagonizada por Brie Larson y Samuel L. Jackson, y dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, no es un peliculón pero sí que es una aventura notablemente divertida, que va mejorando conforme avanzan los minutos, así que se puede decir que empezamos con buen pie.

8 de marzo, viernes
La segunda jornada empezaba con la sesión de las 15 horas, pero un servidor estaba confundido y se presentó allí media hora más tarde, aún así, me han dicho, no me perdí gran cosa de In Fabric, una curiosa cinta de tres historias (de la primera no llegué a ver ni un minuto) con un vestido maldito y unos grandes almacenes (y sus peculiares y siniestros empleados) como hilos conductores. Además de una cinta de terror, es una especie de crítica al capitalismo y al consumismo. Tiene una secuencia erótica con un maniquí de lo más surrealista.

Tras esta proyección supuestamente empezaba, y estaba incluida en el bono, la de un capítulo de una serie de Sky, que patrocinaba el evento, pero hicimos cola como se hace normalmente y resulta que había que hacerla por otro lado, y el azafato decía que solo era con invitación. Así que no vimos ese episodio de muestra de Curfew (Toque de queda), que tampoco me moría de ganas por verlo, pero si lo lo hubiese hecho saciado mi curiosidad. Así que me mantuve en la cola para la siguiente sesión, Elizabeth Harvest, protagonizada por la modelo y actriz con cara de ángel Abbey Lee, que nos conquistó a muchos en Mad Max: Furia en la carretera, estando ahí también Ciarán Hinds y Carla Gugino. Se trata de un thriller, una reimaginación de Barba Azul dicen, que toca temas muy candentes, sobre todo en lo que se refiere a la ética científica. Su estética está muy cuidada y su dirección es competente, pero la idea no está del todo pulida, se enreda de más y se hace larga.
La cuarta proyección del día era la que más esperaba, ya que había leído buenas cosas sobre ella, como que fue toda una sorpresa en Sitges y que era una excelente cinta de acción. Protagonizada por Logan Marshall-Green, conocido porque es casi idéntico a Tom Hardy sin ser parientes, y escrita y dirigida por Leigh Whannell, lo cierto es que no llegó a decepción pero me la habían puesta tan bien que sí me quedé un poquito plof al terminar de verla. Porque es una buena cinta de acción/ciencia-ficción, con muchos ciborgs y notables coreografías, pero no me resultó tan innovadora ni tan intensa como me la vendieron.

En la hora punta se dio una situación inédita hasta la fecha, ya que paralelamente a la película prevista inicialmente, la española El año de la plaga, se proyectó la adaptación del manganime homónimo Gintama; la primera en la sala 3 y la segunda en las salas 1 y 2. Un servidor optó por el film nipón y la sala 1, ya que preveía que no iba a ser una joya, pero he de decir que me sorprendió, ya que era mucho más cutre (esos amanto) de lo que había imaginado. La evidente falta de medios la intentan suplir con mucha autoparodia y gags haciendo referencia a mangas y animes (¡incluyendo Nausicaä del Valle del Viento!), pero sus más de dos horas le hacen un flaco favor (¿era necesario meter tanta caza de escarabajo en los prolegómenos de la historia?). Previamente a este pase doble simultáneo se proyectó el corto Cerdita, que fue el que más me satisfizo de los tres que pasaron, tiene momentos que hace que te hierva la sangre de lo mal que tratan a la protagonista.

En la sesión golfa pudimos degustar Puppet Master: The Littlest Reich, nos sorprendimos al ver en los créditos iniciales que está escrita por S. Craig Zahler ni más ni menos. Por lo demás, parece que es un reinicio de una saga que empezó a finales de los ochenta, y que, como es normal a estas horas en la Muestra, es una orgía de sangre y vísceras, con algún que otro desnudo. No nos dormimos, así que no está tan mal.

9 de marzo, sábado
Como es habitual, la jornada del sábado empezó con una matinal para toda la familia, en esta ocasión con una comedia que ya es todo un clásico, La familia Addams y, como casi siempre, no acudí. Y en esta ocasión tampoco hubo quedada para comer, así que unos pocos valientes fuimos a ver directamente la primera sesión de la tarde, Compulsión, una cinta de intriga con una joven y atractiva pareja como protagonistas, pero la mujer sospecha que su barbudo marido le está siendo infiel, pero descubre (tras serias dudas) que es peor que eso. Es el debut en el largo de ficción de Ángel L. González Martínez, el cual no es brillante que se diga (zooms mediante), pero con la mandanga de la Muestra se me hizo tremendamente entretenido.

Agradezco mucho que, más allá del cine de terror que es el que suele predominar en la Muestra Syfy, se pongan otros géneros, especialmente la ciencia ficción, y Prospect era la segunda película de este género, así que la recibí con ganas. Aunque a diferencia de Upgrade, Prospect es una propuesta más sosegada, una especie de western espacial donde dos personajes se ven obligados a seguir el mismo camino para conseguir salir con vida de un satélite con importantes yacimientos que podrían hacerles ricos; al final me resultó un poco tramposa al meter a un extraño personaje salvador, pero es buena y realista ciencia ficción, con buen diseño retrofuturista y estupenda atmósfera.

Los dos siguientes pases eran los más potentes de este año sin duda, aunque el segundo de ellos lo desconocía todavía. El primero era de la última película de S. Craig Zahler, que afortunadamente se está convirtiendo en un realizador recurrente en la Muestra, y aunque Dragged Across Concrete generó muchos comentarios mandangueros en la sala 1, un servidor sorprendentemente se abstrajo de ellos (e incluso disfrutó algunos) y me lo pasé muy bien con este thriller de ritmo lento y mucho diálogo, con unos estupendos Mel Gibson y Vince Vaughn; es menos explícita que los dos filmes precedentes del realizador, lo cual agradecí, pero sigue siendo contundente a la hora de mostrar la violencia, contiene cierta crítica por lo políticamente correcto (no es políticamente correcta, por descontado) e intenta transmitir algún mensaje sobre el racismo que no supimos descifrar. El segundo de los pases, el de Nación salvaje, fue la gran sorpresa para mí, sobre todo porque propone una inquietante reflexión sobre la sociedad actual, la privacidad (o ausencia de esta), las redes sociales y el odio que se está generando en estas, además de ser un film con un marcado mensaje feminista; aún siendo su último tramo totalmente hiperbólico, se disfruta (muchísimo) igualmente, pero es antes de que todo se vaya de madre cuando me hizo identificar la realidad que muestra la película con la nuestra; logra que te remuevas en la butaca.
Justo antes de la película de Sam Levinson se proyectó el corto El escarabajo al final de la calle, y estuvo su equipo para presentarlo, para ser un trabajo de estudiantes como afirmaron está muy logrado, está plagado de humor surrealista y un tono que recuerda (o me recordó a mí al menos) a Berlanga y las cintas absurdas de Cuerda. La última sesión del día también era un plato fuerte, una comedia de terror japonesa que ha triunfado por donde ha pasado, y que los compañeros que habían tenido la oportunidad de verla en Sitges la disfrutaron mucho. Con One Cut of the Dead me pasó algo similar a Upgrade, me la ponían tan bien que al final tampoco me pareció para tanto, pero sí que me gustó, incluyendo su primer tramo, ese largo plano secuencia (¿trucado?), lo que vino luego se me hizo un poquito cansino tras la sorpresa, pero luego fue un buen divertimento. Una original propuesta.

El sábado terminó tarde, pero lo hizo con una gran sonrisa por mi parte.

10 de marzo, domingo
A la matinal del domingo me habría encantado ir, ya que se trataba de la nueva película de Michel Ocelot, director de las estupendas Azur y Asmar y Kirikú y la bruja, pero cuando fui a recoger las entradas (gratuitas) el viernes, ya estaban agotadas. Esto debería suponer que la sala 1 se llenó, y es lo que espero que ocurriera, porque si, como es habitual, estaba a la mitad, es para apalear a quienes pillaran entradas por pura ansia, dejando a los que tuviesen verdadero interés en verla con las ganas.

Tras Dilili en París vino otra cinta de animación, la japonesa (debieron escuchar mis súplicas del pasado año) Quiero comerme tu páncreas que, a pesar de que no es cine fantástico (como ocurre con otros filmes de esta edición y años precedentes), pues es un dramón romántico, la agradecí mucho. Opté por verla en la sala del silencio, la 2, no quería que ningún comentarista graciosete me la estropeara, y bien que hice, ya que no es una película que dé pie a la mandanga y sí que requiere la atención del espectador. Provocó muchas lágrimas y moqueras entre los asistentes.

Le siguió el premiado film portugués Diamantino, que no sé por qué pensaba que era de animación. Como ya me advirtieron, se trata de una historia muy particular contada de forma peculiar, con un protagonista claramente inspirado en Cristiano Ronaldo, un tipo de encefalograma cuasi plano que ve cachorritos melenudos cuando está jugando al fútbol, y que supuestamente viene a ser una crítica a la xenofobia, los nacionalismos y la creciente ola neofascista que está apareciendo por toda Europa (y el resto del mundo en realidad), pero todo de brocha muy gorda, con pocas sutilezas y un humor absurdo por bandera. Generó opiniones muy dispares, a algunos parece que les entusiasmó y a otros muchos todo lo contrario, lo que no se puede negar es que es una película arriesgada. Hell is Where the Home is fue el penúltimo pase, una historia de home invasión que supongo que intenta aportar sus cosillas al subgénero (no es que haya visto muchas películas de este estilo como para aseverarlo), pero que es un despropósito, que se hizo muy amena gracias a que sí daba pie a comentarla en vivo y en directo.

El último pase de la 16 Muestra Syfy fue el de Escape Room, aunque antes se proyectaba el cortometraje Flotando, cuya presentación fue un desfase total (algún día subiré el vídeo, pero solo después que suba las presentaciones del pasado año), y no solo por el desparpajo habitual de Leticia Dolera, sino gracias al no menor desenfado de la productora ejecutiva del corto, Itziar Castro, y a la simpatía del director y del protagonista. Escape Room, por cierto, es un cruce entre Saw y Cube muy entretenido, no es una propuesta original pero sí está bien rodada (tiene un buen diseño de producción y fotografía, por ejemplo) y resulta emocionante a pesar de ser predecible.


Conclusiones
Mi media de nota de esta decimosexta edición de la Muestra Syfy de Cine Fantástico es inferior a la de 2018 (ronda el 5,5), pero las sensaciones que me ha dejado han sido muy positivas.

Está claro que el peor día fue el viernes, donde solo destacó Upgrade, aunque si hablamos de cine experimental In Fabric podría entrar en la etiqueta; pero tanto el sábado como el domingo nos deparó buenos momentos, la segunda jornada con los nuevos trabajos de S. Craig Zahler y Sam Levinson, así como con la comedia nipona One Cut of the Dead, y el domingo con el anime dirigido por Shinichiro Ushijima y el clímax mandanguero en las presentaciones de las dos últimas sesiones.

Aunque he leído en Twitter más de una queja de que ha faltado cine de terror, prefiero este tipo de selección a otra en la que terminamos saturados de tantas muertes y vísceras, además siempre agradezco que pongan un anime y apuesten por la ciencia ficción, en esta ocasión con dos buenas propuestas que se pueden enmarcar en el género.

Para la edición de 2020 solo pido que sigan apostando por la diversidad de géneros, ci-fi, terror, fantasía..., y también cinematografías, de obras que provengan no solo de occidente sino también de oriente (¿un anime fantástico?), así como que mantengan su apoyo a los cortometrajes nacionales. Si continuan como en las dos últimas ediciones un servidor estará feliz.

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