Jake Sully y Neytiri viven una vida feliz y tranquila, formando una familia, después de que expulsaran a la mayoría de los humanos, pero estos, como era de prever, regresan, y lo hacen trayendo toda la artillería.
En 2009 James Cameron me volvió a flipar con una aventura que me hipnotizó por completo. Su historia no era innovadora, pero estaba bien construida y sus personajes eran carismáticos, pero lo que verdaderamente marcaba la diferencia era el mundo que había ideado Cameron y su equipo, tan maravilloso y fascinante que hacia desear vivir en él, y a eso ayudaba el magnífico uso de las 3D, unos hiperrealistas efectos visuales con los que recreaba todo un complejo ecosistema y unas criaturas, los Na'vi, tan hermosas como con un estilo de vida idealizado, en perfecta armonía con su entorno.
La secuela, como ya sabréis, no tardó demasiado en confirmarse, no obstante su concepción y estreno ha sido un proceso largo que ha sufrido múltiples retrasos en lo que es quizás la continuación más postergada de la historia. Pero todo llega, y Avatar: El sentido del agua (Avatar: The Way of Water, 2022) nos devuelve a Pandora.
Y en este nuevo viaje descubrimos más, nos sumergimos en las profundas y transparentes aguas donde se refugian Sully y su familia, volviéndonos a alucinar con realistas entornos virtuales y hermosas criaturas que nos devuelven el sentido de la maravilla.
Un descubrimiento que hacemos, fundamentalmente, con los hijos del antiguo cabo y Neytiri, quienes crecieron en la espesa selva tienen que adaptarse ahora a los corales y entrenar sus pulmones para mantener el exigente ritmo de los Metkayina, y no tendrán fácil ser aceptados del todo, por su torpeza inicial y por sus diferencias culturales y físicas los separan, teniendo que esforzarse mucho, y cometer muchos errores, para ganarse su respeto.
Descubrir el mar de Pandora es aventurarse en un entorno nuevo al de la primera película, con sus propias reglas y sus maravillas, con una fauna diversa y espectacular que, al igual que en el bosque, puede ser muy peligrosa. Pero ninguna tanto como el ser humano, quienes siguen empeñados en colonizar y explotar el satélite, y contra los que tendrán que luchar con inteligencia y una gran desventaja tecnológica.
Como la primera, esta es una epopeya de ciencia ficción ecologista, donde aquellos que conviven respetando su entorno se enfrentan a una plaga alienígena encarnada en la raza humana. Pero aquí el tema central es la familia, la de Jake Sully y Neytiri, sus esfuerzos por protegerla, y los problemas a los que se enfrentan cada uno de sus miembros.
Una lucha que da pie a momentos épicos y espectaculares, una aperitivo de ello es el asalto al tren del inicio, porque los platos fuertes se desarrollan en el mar, destacando una secuencia concreta con un animal como gran protagonista, volviéndonos Cameron a dejar con la boca abierta con un espectáculo que se goza en toda su grandiosidad en una pantalla gigante (y si es en 3D, mejor que mejor).
Sam Worthington (Hasta el último hombre) regresa en el papel que lo colocó en el radar del público, aunque en esta ocasión solo lo vemos, lógicamente, como Na'vi, un líder que hace lo que puede para protegerlos a todos; y Zoe Saldaña (en esta ocasión han usado la 'ñ' para nombrarla en los créditos) (Guardianes de la galaxia Vol. 2) da forma y gestos a Neytiri otra vez, una guerrera implacable cuando se enfada como demuestra una vez más. Dos incorporaciones importantes en el lado nativo son las de Kate Winslet (Revolutionary Road) como Ronal y Cliff Curtis (Reminiscencia) como Tonowari, los líderes de la tribu Metkayina, teniendo Bailey Bass (Navidad de la familia Jenkins) también relevancia en la historia. La parte humana apenas tiene presencia si la comparamos con la entrega previa, siendo Spider, Jack Champion (Retribution), el que tiene mayor protagonismo, un chico que está entre dos mundos, y que se ha criado prácticamente con los hijos de los protagonistas. Estos jóvenes son interpretados por Jamie Flatters (La batalla olvidada), cuyo papel es del de Neteyam el hermano mayor y más responsable, Britain Dalto (Goliat), que aporta nervio al impulsivo Lo'ak, Trinity Jo-Li Blis (The Garcias), que a buen seguro conquistará a muchos espectadores con su adorable voz de Tuk, la pequeña de la familia, y Kiri, interpretada por Sigourney Weaver a pesar de que es una muchacha... Por supuesto regresan más personajes, pero eso es mejor averiguarlo durante la película.
Avatar: El sentido del agua juega con la desventaja de carecer del factor sorpresa de la primera, lo que hace que quizá no nos capture en todo momento como aquella, aun así no nos deja de sorprender y maravillar, de hacernos sufrir con los protagonistas, de asombrarnos con unas espectaculares secuencias de acción y de hacernos mirar en el espejo de la voracidad del ser humano. Una cinta para gozar en cines.
En 2009 James Cameron me volvió a flipar con una aventura que me hipnotizó por completo. Su historia no era innovadora, pero estaba bien construida y sus personajes eran carismáticos, pero lo que verdaderamente marcaba la diferencia era el mundo que había ideado Cameron y su equipo, tan maravilloso y fascinante que hacia desear vivir en él, y a eso ayudaba el magnífico uso de las 3D, unos hiperrealistas efectos visuales con los que recreaba todo un complejo ecosistema y unas criaturas, los Na'vi, tan hermosas como con un estilo de vida idealizado, en perfecta armonía con su entorno.
La secuela, como ya sabréis, no tardó demasiado en confirmarse, no obstante su concepción y estreno ha sido un proceso largo que ha sufrido múltiples retrasos en lo que es quizás la continuación más postergada de la historia. Pero todo llega, y Avatar: El sentido del agua (Avatar: The Way of Water, 2022) nos devuelve a Pandora.
Y en este nuevo viaje descubrimos más, nos sumergimos en las profundas y transparentes aguas donde se refugian Sully y su familia, volviéndonos a alucinar con realistas entornos virtuales y hermosas criaturas que nos devuelven el sentido de la maravilla.
Un descubrimiento que hacemos, fundamentalmente, con los hijos del antiguo cabo y Neytiri, quienes crecieron en la espesa selva tienen que adaptarse ahora a los corales y entrenar sus pulmones para mantener el exigente ritmo de los Metkayina, y no tendrán fácil ser aceptados del todo, por su torpeza inicial y por sus diferencias culturales y físicas los separan, teniendo que esforzarse mucho, y cometer muchos errores, para ganarse su respeto.
Descubrir el mar de Pandora es aventurarse en un entorno nuevo al de la primera película, con sus propias reglas y sus maravillas, con una fauna diversa y espectacular que, al igual que en el bosque, puede ser muy peligrosa. Pero ninguna tanto como el ser humano, quienes siguen empeñados en colonizar y explotar el satélite, y contra los que tendrán que luchar con inteligencia y una gran desventaja tecnológica.
Como la primera, esta es una epopeya de ciencia ficción ecologista, donde aquellos que conviven respetando su entorno se enfrentan a una plaga alienígena encarnada en la raza humana. Pero aquí el tema central es la familia, la de Jake Sully y Neytiri, sus esfuerzos por protegerla, y los problemas a los que se enfrentan cada uno de sus miembros.
Una lucha que da pie a momentos épicos y espectaculares, una aperitivo de ello es el asalto al tren del inicio, porque los platos fuertes se desarrollan en el mar, destacando una secuencia concreta con un animal como gran protagonista, volviéndonos Cameron a dejar con la boca abierta con un espectáculo que se goza en toda su grandiosidad en una pantalla gigante (y si es en 3D, mejor que mejor).
Sam Worthington (Hasta el último hombre) regresa en el papel que lo colocó en el radar del público, aunque en esta ocasión solo lo vemos, lógicamente, como Na'vi, un líder que hace lo que puede para protegerlos a todos; y Zoe Saldaña (en esta ocasión han usado la 'ñ' para nombrarla en los créditos) (Guardianes de la galaxia Vol. 2) da forma y gestos a Neytiri otra vez, una guerrera implacable cuando se enfada como demuestra una vez más. Dos incorporaciones importantes en el lado nativo son las de Kate Winslet (Revolutionary Road) como Ronal y Cliff Curtis (Reminiscencia) como Tonowari, los líderes de la tribu Metkayina, teniendo Bailey Bass (Navidad de la familia Jenkins) también relevancia en la historia. La parte humana apenas tiene presencia si la comparamos con la entrega previa, siendo Spider, Jack Champion (Retribution), el que tiene mayor protagonismo, un chico que está entre dos mundos, y que se ha criado prácticamente con los hijos de los protagonistas. Estos jóvenes son interpretados por Jamie Flatters (La batalla olvidada), cuyo papel es del de Neteyam el hermano mayor y más responsable, Britain Dalto (Goliat), que aporta nervio al impulsivo Lo'ak, Trinity Jo-Li Blis (The Garcias), que a buen seguro conquistará a muchos espectadores con su adorable voz de Tuk, la pequeña de la familia, y Kiri, interpretada por Sigourney Weaver a pesar de que es una muchacha... Por supuesto regresan más personajes, pero eso es mejor averiguarlo durante la película.
Avatar: El sentido del agua juega con la desventaja de carecer del factor sorpresa de la primera, lo que hace que quizá no nos capture en todo momento como aquella, aun así no nos deja de sorprender y maravillar, de hacernos sufrir con los protagonistas, de asombrarnos con unas espectaculares secuencias de acción y de hacernos mirar en el espejo de la voracidad del ser humano. Una cinta para gozar en cines.
LO MEJOR:
-Que es un espectáculo visual que se disfruta de cabo a rabo; algunas secuencias de acción son formidables; las 3D siguen siendo un gozo.
-La realización de James Cameron.
-A nivel de guion mejora a la primera.
-El cangrejo mecánico, un diseño de esos de los que te enamoras.
LO PEOR:
-Sus más de tres horas pueden pesar (aunque para nada sean pesadas).
-Que es un espectáculo visual que se disfruta de cabo a rabo; algunas secuencias de acción son formidables; las 3D siguen siendo un gozo.
-La realización de James Cameron.
-A nivel de guion mejora a la primera.
-El cangrejo mecánico, un diseño de esos de los que te enamoras.
LO PEOR:
-Sus más de tres horas pueden pesar (aunque para nada sean pesadas).
-Alguna similitud con la primera (como ese otro caro y codiciado recurso...)
¿Quién debería verla?
Quien disfrutara de la primera, quien busque un film épico.
¿Y quién no?
¿Los que todavía no hayan superado la diatriba de Pocahontas?
¿Quién debería verla?
Quien disfrutara de la primera, quien busque un film épico.
¿Y quién no?
¿Los que todavía no hayan superado la diatriba de Pocahontas?
2 comentarios:
A priori no me llamaba mucho, pero tras tu reseña... si se dan las condiciones para verla en el cine, creo que caerá.
Merece la pena verla en pantalla grande, es como más se disfruta dado lo potente que es visualmente.
Publicar un comentario