Sangok (Lee Hye-young) regresa a Corea tras unos años viviendo en Estados Unidos. Se encuentra de nuevo con su hermana y sobrino, visita viejos lugares conocidos, bebe, fuma y habla...
Tercera película que veo de Hong Sang-soo y tercera vez que, aunque con sus baches, me ha engatusado. Ya no me sorprende como en La mujer que escapó, pero su característico estilo de planos fijos, largas conversaciones en apariencia banales, personajes fumando y bebiendo, y mucho zoom in y zoom out (quizá algo menos en esta ocasión) están ahí.
Aquí lo que le pesa de más es parte del paseo de la protagonista, especialmente su caminata en solitario, que se me hizo un tanto soporífero. Por fortuna cuando se reúne para almorzar con su previamemte mencionada contraparte, los estímulos vuelven a brotar, muy especialmente cuando Sangok realiza la confesión que el avezado espectador estaba esperando desde el inicio. Quizá el hecho de que no haya una especial sorpresa en este punto es algo buscado, ya que durante las conversaciones, sobre todo por lo no respondido, y especialmente a través de la meditación de la protagonista mostrada en voz en off, se aportan muchas pistas, pero no obstante se consigue un efecto igualmente impactante gracias a la interpretación de los personajes y la reacción de uno de ellos.
También resulta muy destacable cómo nos explica Sang-soo la relación entre las dos hermanas, a través de las diferentes conversaciones van emergiendo viejos traumas y rencores con, por ejemplo, diálogos directos indicando cómo le afectó que se marchara a EEUU, pero también otras cuestiones como la de quitar importancia a su carrera como actriz, hasta dejarlo en algo insignificante, y luego observar cómo hablan de ello otros personajes y vemos que quizá no fueron solo unos segundos en pantalla.
Tercera película que veo de Hong Sang-soo y tercera vez que, aunque con sus baches, me ha engatusado. Ya no me sorprende como en La mujer que escapó, pero su característico estilo de planos fijos, largas conversaciones en apariencia banales, personajes fumando y bebiendo, y mucho zoom in y zoom out (quizá algo menos en esta ocasión) están ahí.
Aquí lo que le pesa de más es parte del paseo de la protagonista, especialmente su caminata en solitario, que se me hizo un tanto soporífero. Por fortuna cuando se reúne para almorzar con su previamemte mencionada contraparte, los estímulos vuelven a brotar, muy especialmente cuando Sangok realiza la confesión que el avezado espectador estaba esperando desde el inicio. Quizá el hecho de que no haya una especial sorpresa en este punto es algo buscado, ya que durante las conversaciones, sobre todo por lo no respondido, y especialmente a través de la meditación de la protagonista mostrada en voz en off, se aportan muchas pistas, pero no obstante se consigue un efecto igualmente impactante gracias a la interpretación de los personajes y la reacción de uno de ellos.
También resulta muy destacable cómo nos explica Sang-soo la relación entre las dos hermanas, a través de las diferentes conversaciones van emergiendo viejos traumas y rencores con, por ejemplo, diálogos directos indicando cómo le afectó que se marchara a EEUU, pero también otras cuestiones como la de quitar importancia a su carrera como actriz, hasta dejarlo en algo insignificante, y luego observar cómo hablan de ello otros personajes y vemos que quizá no fueron solo unos segundos en pantalla.
Hong Sang-soo no deja en Delante de ti (Dangsin-eolgul-apeseo, 2021) tantas incógnitas como en Introduction, resolviéndose la mayor parte de las preguntas que propone la historia, pero sí que hace que nos quedemos con las ganas de saber con qué soñó Jeongok (Cho Yun-hee).
LO MEJOR:
-El reparto y sus verosímiles y naturales interpretaciones.
-Una realización sin alardes pero eficaz y, sobre todo, un guion que cuenta mucho con poco.
LO PEOR:
-El bache narrativo cuando la protagonista se queda paseando sola.
-El reparto y sus verosímiles y naturales interpretaciones.
-Una realización sin alardes pero eficaz y, sobre todo, un guion que cuenta mucho con poco.
LO PEOR:
-El bache narrativo cuando la protagonista se queda paseando sola.
¿Quién debería verla?
Cualquiera que disfrute de un buen paseo contemplativo y una buena conversación.
¿Y quién no?
Los espectadores más impacientes.
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