01 febrero 2024

Concrete Utopia

Un terrible cataclismo sacude Corea del Sur, dejando en ruinas Seúl, pero, milagrosamente, un bloque de apartamentos resiste y se mantiene en pie en medio de la devastación. Sus residentes, entonces, tendrán que tomar una decisión, acoger a los supervivientes sin hogar o expulsar a todo el que se acerque.

Desde que se pasó en Sitges y obtuvo muy buenos comentarios, tenía en mi radar esta cinta de catástrofes a la par que distópica. CineAsia me dio la oportunidad de verla antes de su estreno y, la verdad, la disfruté mucho.

Como nos contó Gloria Fernández en la presentación previa, los surcoreanos tienen una particular idiosincrasia (aunque es perfectamente trasladable a nuestra sociedad en algunos aspectos, a mi juicio) respecto a la posesión de una vivienda, pues no es solo un hogar, y están dispuestos a endeudarse lo máximo posible con tal de obtener la mejor y, con ello, tener patrimonio y, por tanto, ganar posición social. Al director y coguionista de Concrete Utopia (ídem, 2023), Um Tae-hwa (Vanishing Time: A Boy Who Returned), no le gusta esta característica de la sociedad de su país, por lo que de ella parte la idea del film (que está coescrito por Lee Shin-ji basándose en el manhwa de Kim Dong-gyun).

Ante situaciones extremas, el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor, aquí Tae-hwa nos muestra ambas facetas, aprovechando para criticar comportamientos irracionales y egoístas, movidos por el miedo, las envidias y rencillas. Eso es lo que pasa a los personajes, que se dejan llevar por una absurda lógica posesiva durante una catástrofe, guiados por una voz que se eleva sobre las demás y que no deja hueco a la disidencia. Aunque haya miembros que no están de acuerdo, no saben o no pueden imponer, o alzar su voz al menos, o directamente callan y se dejan arrastrar por la corriente ante el temor de ser expulsados del paraíso. Pero un paraíso entre la destrucción no es sino una ilusión con un alto precio de mantenimiento.

Así que durante algo más de dos horas somos partícipes de esta microsociedad que se forma en este peculiar bloque de pisos. Una sociedad que, aunque se tomen las decisiones mediante votación, está fuertemente jerarquizada, y donde un sentimiento de superioridad y un miedo atávico (o simplemente clasista) hace que se mantenga unida. Así que el director no solo explora este gran conflicto, sino los de aquellos individuos que no tienen otra que callar al ver el peligro que entraña el mostrar su opinión, trazando paralelismo de este modo con hechos históricos, como la persecución de minorías, manteniendo una creciente tensión a la par que vemos como ciertos personajes (especialmente el de Lee Byung-hun) se convierten en unos monstruos animados por las masas.

Concrete Utopia no es un film de Emmerich, no busca el espectáculo de la destrucción, se destaca por la evolución de los personajes (goza de un nutrido y talentoso elenco) y, a través de ellos, el desarrollo de una historia que pretende ser reflejo y crítica de una sociedad como la coreana. Una cinta que es contundente con las miserias humanas, pero que no niega sus bondades.
 
 
LO MEJOR:
-Buena realización y guion.
-Muy entretenida en todo momento.
-El elenco está perfecto.
-Su final es magnífico.

LO PEOR:
-Quizás que, en esencia, no sea una historia original o novedosa.

¿Quien debería verla?
Si te gustan las pelis de catástrofes la gozarás seguro...

¿Y quién no?
Salvo si lo que buscas es un espectáculo de destrucción.
 
Un universo de posibilidades:
La creadores son ambiciosos y con planes de expandir el desastroso mundo donde se desarrolla la historia, habiendo estrenado recientemente una secuela en Netflix, Cazadores en tierra inhóspita.

Mil desastres sacuden a la humanidad:
Moonfall
Greenland: El último refugio
San Andrés

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