Durante generaciones, la familia de Charlie Burrell ha cultivado la tierra, arando la misma y vertiendo sobre ella todo tipo de agroquímicos, lo que hizo que toda la vida que albergara algún día el terreno desapareciera. Ante esta visión, Burrell y su mujer Isabella se enfrentaron a la cuestión de seguir con el mismo modelo, que pervivía solo por los subsidios, o apostar por otro radicalmente distinto.
Seguro que recordaréis las protestas que se produjeron en toda Europa por parte de los agricultores. Estas movilizaciones fueron rápidamente acaparadas y aprovechadas por la ascendente ultraderecha, desviando el foco de los problemas más importantes que afectan a las pequeñas explotaciones (como esos acuerdos de libre comercio que tiran los precios), y al final lo que se logró es que desde la Comisión Europea se hicieran más laxas aquellas reglas que iban enfocadas a reducir el uso de agroquímicos y la recuperación de la tierra, algo vital para la supervivencia de cualquier explotación agrícola pero que, aunque sea una perogrullada, muchos no lo quieren entender.
Seguro que recordaréis las protestas que se produjeron en toda Europa por parte de los agricultores. Estas movilizaciones fueron rápidamente acaparadas y aprovechadas por la ascendente ultraderecha, desviando el foco de los problemas más importantes que afectan a las pequeñas explotaciones (como esos acuerdos de libre comercio que tiran los precios), y al final lo que se logró es que desde la Comisión Europea se hicieran más laxas aquellas reglas que iban enfocadas a reducir el uso de agroquímicos y la recuperación de la tierra, algo vital para la supervivencia de cualquier explotación agrícola pero que, aunque sea una perogrullada, muchos no lo quieren entender.