La noche de la celebración (Crónica de una noche llena de drogas, sexo y violencia)

Tras unos días de retiro en las montañas, vuelvo con un momento muy solicitado y esperado por mis miles de lectores: la salida de marcha de buena parte de la clase.

 

El jueves 29 de marzo quedamos toda la clase para celebrar las notas (las cuales conoceríamos el viernes) y también el hecho de haber terminado las clases y por supuesto que cinco (que esperemos se conviertan en seis) de nosotros vayamos a realizar las prácticas en el extranjero.

 

Sobre las doce llegamos a nuestro destino (que ahora mismo no recuerdo el nombre de la zona -_-) y allí nos "apalancamos" con nuestras botellas de variadas bebidas (ron, coca-loca, ron, coca-loca, ron también y 7Arriba, que se dedicó a beber un servidor). Al principio, la verdad, no había mucho personal, pero lo cierto es que aquello no tardó en llenarse y acabamos por estar bastante apretujados (cosa que no venía mal, ya que corría un vientecillo), y el ambiente se animó bastante.  

 

Bueno, tras estar unas horillas charlando, bebiendo (todos alcohol menos uno), y riéndonos con comentarios tan geniales como este: "Po yo no voy a la manifestación (contra el cierre de Delphi) porque soy atea" de nuestra pequeña y querida Sandruki, nos dirigimos al "Anfi" (aunque antes la poseedora de todas las entradas, Susanita, nos hizo esperar -como toda buena mujer- un buen ratillo). Ya en el local en cuestión, y tras haber realizado una parada en boxes (chupitos gratis), pues bailamos y todas esas cosas que se suelen hacer en las discotecas. Pero hubo más emoción:

 

-El primer "susto" vino de un compañero, y no voy a explicar de qué iba, porque desde luego los allí presentes saben cual fue, aunque esperemos que el compañero tenga más cuidado la próxima vez.

 

-Segundo: tras un buen rato pasándolo la mar de bien en la pista (a pesar de que la mayoría de la música era bastante mediocre -y que nos quitaron a las go-go muy pronto-) nos dirigimos a una barra a pedirnos algo de beber; allí cómo no, la pequeña Sandra (que estaba un poco beoda) no se le ocurrió otra cosa que coger una botella rota del suelo y colocarla violentamente sobre un poyete, con la evidente consecuencia de un corte en el dedo. Entonces como buenos caballeros (Carlos, Antonio y el que escribe estas líneas) la llevamos al baño para limpiar un poco la herida con agua. Allí observamos que no era un corte grave, pero sí considerable, y que no dejaba de sangrar. Tras envolver el dedo (pulgar, por cierto) con un pañuelo de papel, a Sandruki le dio un bajón, probablemente le entraran sudores fríos, se puso (aún más) pálida, y dejó de poder mantenerse en pie, y al final (como era de esperar) perdió el conocimiento. Por suerte nosotros estábamos allí, así que entre Antonio Cósmico y el más rojo del lugar la cogieron y nos fuimos a la calle para que le diera el aire. Lentamente se recuperó, aunque incluso llegamos a pensar en llamar (a través de la poli) a una ambulancia, pero pronto desechamos esa idea (al menos a Sandra no parecía gustarle). Por suerte en el "Anfi" tenían un botiquín y allí le atendieron un poco. Tras unos minutos esperando a que se terminara de espabilar la niña, compramos las bebidas, nos reunimos con el resto de compañeros y proseguimos con la fiesta.

 

-El tercer susto no es uno propiamente dicho, ya que no fuimos testigos de ello: fue cuando ya nos íbamos (a las 6 y pico de la madrugada). Antes de ello una compañera y su novio salieron y nosotros (o al menos yo) no nos dimos ni cuenta, fue cuando ya estábamos fuera cuando nos preguntamos dónde se encontraban. Supusimos entonces, ya que no veíamos a ninguno de los dos (y sus cosas tampoco estaban en el lugar que deberían) que se habían largado por su cuenta o algo parecido (cosa que me extrañó), así que nos fuimos ignorantes, raudos pero tranquilos hacia la estación de autobuses. Fue cuando fuimos a recoger las notas (o sea, ya de día) cuando nos enteramos realmente de lo que ocurrió, y es que al parecer habían agredido al novio de nuestra compañera y que encima se lo habían llevado a la comisaría.

 

Y es que, como bien dijo nuestro camarada Carlos, una fiesta sin sangre no es una fiesta.

 

PD: El título de la entrada hace referencia a una noche de "drogas, sexo y violencia", Drogas por el alcohol (por muy legal que sea no deja de serlo), violencia por los dos hechos acaecidos (uno de ellos bastante sangriento, el otro no sé) y sexo... bueno, para ello usad la imaginación, que tampoco creo que deba ponerlo yo todo, y además seguro que ahora las visitas aumentan considerablemente, que la susodicha palabra es mágica y se suele repetir en los buscadores.

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Tras dormir unas tres horitas me dirigí al insti a recoger las notas, allí nadie se llevó ninguna sorpresa y todos aprobamos, por lo que la incertidumbre que he apuntado en la anterior ocasión de si al final podríamos realizar las prácticas en el extranjero ya no existe. Pero ahora comienza otra dura etapa de este eterno módulo: la realización del proyecto antes de que llegue a nuestro encuentro el mes de mayo. Nos espera una tarea ardua y dura, que espero lograr conseguir, porque allá en el país galo lo tendré(mos) mucho más difícil.