16 julio 2011

Blackthorn. Sin destino

Buen año está resultando ser este 2011 para el western, ya llevo vistos tres filmes de dicho género en pantalla grande, y todos me han dejado sensaciones la mar de agradables. En este caso además se siente uno más satisfecho, porque se trata de un producto español (en realidad una coproducción hispano-franco-boliviana), aunque rodado en Bolivia.

Blackthorn. Sin destino (ídem, 2011) plantea la cuestión de que Butch Cassidy no muere en Bolivia en 1908, sino que consigue escapar y permanece escondido veinte años, momento en el cual decide volver a su patria. Pero su retorno no será silencioso y tranquilo como espera, ya que se tropieza en el camino con Eduardo, un ingeniero español que es perseguido por haber robado al poderoso dueño de una mina...

Doce años después de dirigir Nadie conoce a nadie Mateo Gil se pone tras las cámaras para realizar un largometraje (para cine, pues ya realizó la tv-movie Regreso a Moira), y si bien con su debut parece que no cumplió las expectativas, con su nuevo trabajo, lo que es a mí, me ha dejado más que satisfecho. Y es que Mateo Gil ha sabido imprimirle una gran fuerza a la historia escrita por Miguel Barros, dando como resultado un western crepuscular que no tiene nada que envidiar a muchos films ya clásicos del género. Muchas son las imágenes de esta película que permanecen tras salir de la sala, pues tiene un gran poder visual, además de una atmósfera evocadora, inevitablemente nostálgica debido a que su protagonista está en el ocaso de su vida.

El reparto está encabezado por un gran Sam Shepard (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford), que borda su papel de Butch Cassidy viejuno; y lo acompañan Eduardo Noriega (Tesis, Abre los ojos), con el que Mateo Gil trabajó en su primer film, Magaly Solier (la protagonistas de La teta asustada y de la última de Fernando León de Aranoa), Stephen Rea (Nada personal, Evelyn); como Cassidy joven está el para mí desconocido Nicolaj Coster-Waldau (que trabaja en la serie Juego de Tronos), que también hace un magnífico trabajo, y los compañeros de correrías del bandido son Padraic Delanay (El viento que agita la cebada) y Dominique McElligott (Moon), cuyos ojos y sonrisa son de esos que te llaman la atención nada más vislumbrarlos. Un elenco muy bueno en definitiva, todos encajan a la perfección en sus papeles.

Blackthorn. Sin destino es una película del oeste que cuenta muchas cosas, habla sobre la vida, la amistad, la libertad y el amor; habla de un tipo de vida que ya no existe, de un código moral que es un recuerdo del pasado, y todo ello con una puesta en escena magnífica, una fotografía a la altura y una gran dirección e interpretaciones. Probablemente la mejor película española estrenada hasta la fecha (con permiso de Chico & Rita, y a la espera de La piel que habito, Eva y No habrá paz para los malvados).


LO MEJOR:
-Sam Shepard, Eduardo Noriega y el resto del reparto.
-La dirección de Mateo Gil y el guión de Miguel Barros, así como la fotografía.
-La música, compuesta por Lucio Godoy.
-Que se sigan haciendo buenas películas del oeste, y encima incluso españolas.

LO PEOR:
-La fría acogida en taquilla.

¿Quién debería verla?
Si te gusta el género, y el buen cine en general, no deberías perdértela.

Una recomendación:
Si eres una de las personas afortunadas en cuya ciudad hay salas en versión original, ésta es una película que merece mucho verla con sus subtítulos.

2 comentarios:

Igor dijo...

Pues mira, hacía tiempo que quería leer algo de esta película. No suena nada mal.
Saludos.

Neovallense dijo...

Está muy bien, aunque he de decirte que soy de los pocos a los que le pareció que Eduardo Noriega no lo hace mal; pero por lo demás todo aquel que conozco que vio la peli salió muy contento.

Saludos, y gracias por comentar ^^