Si hay algo que habitualmente descuidan las producciones españolas, sea por falta de medios o de ideas, es la promoción de sus películas. Son muchas las ocasiones en las que buenas películas pasan inadvertidas porque el potencial espectador no se ha enterado de su existencia, o también se dan casos de campañas tan poco atractivas que a nadie le entra ganas de gastarse el dinero y arriesgarse a encontrarse con un bodrio. Sin embargo, raras veces logran hacer una campaña fresca y que conecte con el público, eso, buenas críticas y el boca-oreja han logrado algún que otro éxito, como es el caso de 3 bodas de más (ídem, 2013).
Ruth es una joven científica sin mucha personalidad a la que su novio la acaba de dejar en la boda de su jefa. Después de una noche donde ha bebido de más, se encuentra con que tres de sus ex-novios, incluido el último, le invitan a sus respectivas bodas y, aconsejada por su nuevo y atractivo becario, accede ir a cada una de ellas.
Gracias a esa buena campaña de mercadotecnia a la que hago alusión en el primer párrafo, y a las buenas críticas y comentarios que había leído en revistas y en redes sociales, tenía expectativas de la película dirigida por Javier Ruiz Caldera (Promoción fantasma, Spanish Movie). Así que compré la entrada con ganas, me dirigí a la sala con ilusión y recibí el inicio de la proyección con alegría pero, a medida que pasaban los minutos y las desventuras de Ruth se sucedían, más aumentaba mi decepción. Y es que apenas logré conectar con una película que promete tanto y da tan poco.
Desde su inicio hasta que llega la boda rural apenas hay momentos verdaderamente divertidos. La primera boda está notablemente desaprovechada, destacándose un poco el baile con el niño empalmado (a pesar de que no está bien explotado) y el momento del bebé. Paco León, un actor que ha demostrado de sobra su talento para la comedia, pasa casi de puntillas cuando debería tener un mayor protagonismo en ese momento de la historia. Toda la primera mitad (o lo que yo creí que era la primera mitad), se me hizo larguísima, con momentos (sobre todo en el laboratorio, así como los postcoitales) tirando a aburridos cuando se presuponía que deberían ser graciosos. Es a partir de la segunda boda que despega un poco y consigue hacer sonreír más, con instantes notables como el flashback de la rotura de espalda, para llegar a un final obvio y también un tanto atropellado.
Destacar, a pesar de todo, el trabajo de la protagonista, Inma Cuesta a la que estamos más acostumbrados a ver en series televisivas (Amar es para siempre, Águila Roja) y en dramas (La voz dormida, Grupo 7). La acompañan el televisivo Martiño Rivas (SMS, sin miedo a soñar, El internado, Romeo y Julieta), Berto Romero, Quim Gutiérrez (Los últimos días), María Botto (Soldados de Salamina) y Rossy de Palma (Mujeres al borde de un ataque de nervios) o Laura Sánchez, entre otros.
3 bodas de más es un filme pensado para agradar al gran público, una comedia ligera con sus toques gamberros cuyo punto más destacable es su protagonista y sus sanas intenciones de hacer reír..., y que apenas consigue. Para pasar el rato.
LO MEJOR:
-Inma Cuesta.
-La fotografía, luminosa y colorida, ideal para una comedia (en la línea de los anteriores trabajos del director).
-Una buena campaña publicitaria.
LO PEOR:
-Su primera mitad, bastante sosa salvo algún gag (el resto del filme tampoco es que sea descacharrante, pero tiene más situaciones divertidas).
-La campaña publicitaria, que en este tipo de películas juegan tanto a favor como en contra, ya que, como es el caso, destripan buenos chistes (y me refiero a la primera escena).
¿Quién debería verla?
Quien guste de las comedias románticas estilo yanqui.
¿Y quién no?
Quien espere una película que le haga reír de principio a fin.
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