09 julio 2015

Ex Machina

Caleb, brillante programador empleado en Blue Book, una de las compañías de software más importantes del mundo, gana un sorteo en el que, durante una semana, trabajará con Nathan, el fundador de la empresa, en un proyecto ultrasecreto. Una vez en las instalaciones, situadas en un apartado lugar, Nathan le encarga que evalúe a Ava, una inteligencia artificial corporeizada en la figura de un androide con aspecto femenino.

Alex Garland, guionista de 28 días después, Dredd y la estupenda Sunshine, dirige por vez primera y escribe Ex Machina (ídem, 2015) film de ciencia ficción intimista que especula sobre la IA y, particularmente, sobre la primera IA autoconsciente.

Ex Machina es un filme que tiene la capacidad de dejarte con unas sensaciones estimulantes pero, a la vez, con mal cuerpo, pues su final es uno de esos raros desenlaces en los que el espectador, aun previendo en algún momento que no será complaciente, se sorprende ante la fortuna (o infortunio) de los personajes. Garland, desde luego, no tiene “piedad” con el espectador, ni con sus personajes, y eso a pesar de que, en un inicio, aunque esté clara la seriedad de la situación, da esperanzas acerca de una conclusión más o menos feliz (que, dependiendo del punto de vista desde el que se mire, lo es).

Empezamos tan perdidos como el protagonista, nos asombramos con el primer encuentro con Ava y somos manipulados por unos y otros como el protagonista pero, no obstante, pasadas una o dos sesiones, es inevitable pensar a quién está probando Nathan, un personaje de notable ambigüedad y, como averiguaremos, de moral cuanto menos que cuestionable.

Alicia Vikander (El quinto poder) ya coincidió con Domhnall Gleeson (Frank) en la muy curiosa versión de Anna Karenina de Joe Wright; si en la película de Wright interpretó a una señorita inocente con problemas de amoríos, en esta ocasión su candoroso rostro juega a su favor, con la diferencia de que aquí su cuerpo es mecánico al igual que sus gestos, creando un personaje con los fríos matices del metal. Respecto a Gleeson, también es una buena elección de cásting, podríamos decir que es la versión masculina de la primera, ingenuo e idealista, con fuertes convicciones morales, justo lo contrario que el personaje al que da vida Oscar Isaac (Drive), que justifica la creación de una inteligencia artificial consciente porque tarde o temprano tiene que ocurrir, a pesar de que no desconoce los dilemas morales (y riesgos) que plantea y que, como comprueba el perplejo espectador, transgrede. Quizá es por eso que se emborracha con asiduidad. El cuarto personaje en discordia es el interpretado por Sonoya Mizuno (Venus in Eros), que en principio no sabemos muy bien cómo encajarlo.

Es muy probable que Ex Machina, con el tiempo, acabe convirtiéndose en una clásico de la ciencia ficción. Su realización, sobría y fría como la fotografía y la música, es ideal para su historia, la del principio del fin de la humanidad. Una de esas pocas películas que no dejan indiferente a nadie, y su final es de los que impactan y permanecen más allá de la sala de cine.


LO MEJOR:
-Su escueto reparto, empezando por Alicia Vikander, pasando por Oscar Isaac y terminando por  Domhnall Gleeson.
-Su historia, muy bien desarrollada y con un final que te deja hasta con mal cuerpo.
-La fotografía, que va del naturalismo a lo artificioso, pero siempre es fría.

LO PEOR:
-Cierta escena no apta para mentes sensibles (aunque justificada por completo).

¿Quién debería verla?
A cualquiera que le guste la buena ciencia ficción.

¿Y quién no?
Quien espere un film de acción, es una peli que crea suspense y tensión creciente.

5 comentarios:

La Perra Verde dijo...

Me la apunto, esta me ha llamado la atención ya desde los trailers.

Rubén Lara dijo...

Ya me recuerda a otras películas pero puede tener un toque distino. Me atrae lo que comentas del final.

Neovallense dijo...

La Perra Verde: si te llama la atención no dudes en verla, probablemente te guste (y lo mismo te sorprende).

Rubé Lara: al fin y al cabo es otra versión del monstruo de Frankenstein, pero aquí el monstruo es una inteligencia artificial con una cara bonita. Ese es uno de los aciertos del film, que no fuerzan el final para que el espectador se quede tranquilo, sino que más bien deja inquieto.


Saludos a ambos y gracias por vuestros comentarios

Hemos Visto dijo...

Me llama mucho la atención, sobretodo por la temática que siempre me ha interesado.
Queda apuntada para una tarde de cine con colegas.

Neovallense dijo...

Si te interesa la temática sin duda tienes que verla, estoy seguro que no te dejará indiferente (ni a tus amigos :)

Gracias por comentar ^^