24 mayo 2018

Shin Godzilla

Hasta la fecha no había visto ninguna película sobre el saurio gigante japonés, solo sus remedos yanquis, así que al saber del estreno del último film de la franquicia (en enero de 2017), me entraron ganas de visionarla en pantalla grande, y más sabiendo que Hideaki Anno, creador de Neon Genesis Evangelion, andaba detrás del invento.

En la bahía de Tokio, aparece un chorro de vapor gigante de forma inesperada, produciéndose además una brecha en el túnel que cruza la bahía. Nada está claro al principio, algunos apuntan a un nuevo volcán, otros a aguas termales superficiales, sin embargo cada vez se alzan más voces que indican que el causante de tal fenómeno es una criatura de dimensiones colosales.

Trepidante es el ritmo que le da Hideaki Anno a Shin Godzilla (Shin Gojira, 2016), que dirige y escribe el libreto junto Shinji Higuchi (acreditado como codirector, y que es el encargado de los efectos especiales), sobre todo en la primera mitad de la cinta, donde, inteligentemente, alterna los momentos en los que aparece, o se empieza a vislumbrar, el monstruo con otros en los despachos, donde se suceden reuniones del primer ministro japonés, sus ministros y asesores en diferentes salas, con ágiles diálogos y mucho rótulo indicando el puesto de cada uno (llegando a generar un poco de confusión en algún momento puntual), donde además se observa muy claramente, con mucho sentido del humor en ocasiones, toda la burocracia que hay no ya para tomar una decisión, sino solo para plantear las posibilidades.

Como digo, la primera mitad transcurre entre despachos, apariciones y desplazamientos de Godzilla (el monstruo, verdaderamente, nunca ataca, solo se dedica a avanzar -arrasando con ello todo lo que tenga por delante eso sí- y a defenderse cuando se ve amenazado), manteniendo siempre el equilibrio y un gran ritmo que recuerda, inevitablemente, a algunos de las mejores episodios de Evangelion (incluyendo su banda sonora, siendo de hecho muuuy similares). Pero hay un momento, después de una estupenda secuencia de ataque al monstruo, en el que los despachos, aun con un ritmo trepidante (incluyendo ingeniosos encuadres) en el que se enlazan reuniones tras reuniones, en suma se alargan en exceso y, también, se intenta dar demasiadas explicaciones, tanto que, al final, aclaran poco y hacen que resulte repetitivo el conjunto, por lo que el filme se hace cansino y no vuelve a tomar interés hasta cuando Godzilla despierta y el plan de congelamiento comienza, siendo ya demasiado tarde para remontar lo suficiente como para hacernos olvidar el rato de tedio que nos ha hecho pasar.

Por tanto, Shin Godzilla deja sensaciones encontradas, momentos brillantes con reiteración de reuniones y explicaciones que cansan. Simplemente acortando unos pocos minutos, quitando varias de las reuniones, probablemente habría mantenido el nivel de entretenimiento sin perder por ello profundidad.


LO MEJOR:
-La primera mitad de la cinta (aproximadamente).
-El primer intento de contener al monstruo, muy espectacular y emocionante.
-El ritmo, muy logrado en general, a lo que ayuda mucho la música de Shirô Sagisu..., que tiene la pega de parecerse mucho a la de Evangelion (que también compuso él).
-Muy buena labor la del reparto.

LO PEOR:
-A partir de que Godzilla empieza a dormir la siesta el magnífico equilibrio que se mantenía entre la acción en los despachos y la acción de la criatura se trunca y baja mucho el interés y, sobre todo, el nivel de entretenimiento.

¿Quién debería verla?
Fans del saurio gigante y de películas de monstruos en general.

¿Y quién no?
Quienes cuandolos personajes hablan más de dos minutos consecutivos comienzan a sentir sopor.

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