02 marzo 2023

El pequeño Nicolás

Mucho antes de que fuera conocido por todos los españoles ese esperpéntico personaje denominado como "el pequeño Nicolás", Jean-Jacques Sempé, que pudo participar activamente en la creación del film que nos ocupa, y René Goscinny dieron forma y vida a otro Nicolás, este mucho más inocente, honesto y divertido, que atrapó con sus aventuras y travesuras a muchos lectores de toda Europa.

Siendo sinceros, un servidor no era conocedor (consciente al menos) del personaje, pero el ver por las redes sociales que se estrenaba un film inspirado en sus libros, y hacerlo con muy buenos comentarios y con galardón en Annecy y todo, hizo que me interesara más por este film dirigido a cuatro manos por Amandine Fredon y Benjamin Massoubre, y escrito por Anne Goscinny, hija de René,  Michel Fessler y el mencionado Massoubre.

El pequeño Nicolás (Le petit Nicolas: Qu'est-ce qu'on attend pour être heureux?, 2022) no es una adaptación al uso, y esa es una de sus mayores virtudes, pues no se limita a trasladar a la gran pantalla las ocurrencias del día a día del protagonista y sus amigos tal cual fueron mostradas en los relatos originales, sino que, paralelamente, también nos relata cómo fue creada la criatura y traza una biografía, no del todo detallada (obviamente) de los dos autores que la hicieron posible, además de explicarnos de dónde sacaban la inspiración.

Para ello, aparte de las conversaciones entre los artistas y amigos, estos tienen diversas conversaciones con su querido personaje. Partiendo de las vivencias y recuerdos que les relatan, nos trasladamos a las trastadas de Nicolás y sus compañeros de clase, cuyo acabado artístico difiere del primero para un mayor reconocimiento de qué historia estamos viendo.

Si en la parte dedicada a Goscinny y Sempé la imagen ocupa toda la pantalla, podríamos afirmar que el dibujo está terminado, con todos sus detalles pero sin optar en ningún momento por tener un acabado realista, la de Nicolás cubre solo una parte, siendo los bordes difusos y, a la par que se mueve la cámara o los personajes entran o salen del escenario, estos se van dibujando y adquiriendo color y, aún así, sigue habiendo más espacio en blanco en las escena y los colores viran más a los tonos pastel. Dos estéticas clásicas, una más cercana de la BD francobelga de toda la vida y, la otra, al cuento (y, supongo, a la obra original, que empezó como tira dominical), que no solo hace que diferenciemos en todo momento en qué parte de la historia nos encontramos, sino que enriquece el conjunto, aportándole heterogeneidad, y ayudando a que conectemos con el tono de las dos partes, uno muy simpático, lleno de un humor sencillo y personajes divertidos y entrañables, y otro más serio (se pone notablemente serio en ocasiones) pero con cuyos protagonistas conectamos más si cabe (el público adulto al menos) y que, finalmente, logra emocionarnos.

El pequeño Nicolás es una de esas películas pequeñas que llegan a las salas (muy pocas) milagrosamente, y que quien tiene la suerte de visionar no olvida al terminar.
 
 
LO MEJOR:
-Dos estilos artísticos para dos historias que discurren paralelas pero muy bien entrelazadas.
-Bonita música, siempre distendida y divertida pero que también se pone seria y dramática.
-Un estupendo libreto que sabe conjugar muy bien los momentos entrañables y divertidos con otros más serios.
-Que logra emocionar y dejar poso.

LO PEOR:
-La probabilidad que no termine de satisfacer al espectador más pequeño (o al contrario).

¿Quién debería verla?
Interesados en la vida de Sempé y Goscinny, así como en Nicolás y el buen cine de animación.

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