08 agosto 2019

Coco

Muchas palabras bonitas vertían las redes sociales y la prensa especializada sobre el nuevo trabajo de Pixar, por lo que sentía ganas de verla, máxime cuando no se trataba de ninguna secuela. Eso sí, una vez la vi, entendí el que gustara a muchos, pero también creo que exageraron.

Miguel es un niño que ha nacido con una pasión y un don: la música. Solo tiene un problema, que su familia odia todo lo relacionado con la música. En el Día de Muertos tomará la determinación de hacer su sueño realidad, pero la fortuna o el infortunio hará que se vea atrapado en el mundo de los muertos, donde tendrá que buscar a su tatarabuelo para lograr regresar con los vivos antes de que amanezca.

Como cada nuevo trabajo de Pixar, Coco (ídem, 2017) entra por los ojos de manera inmediata, y es que su aspecto visual es simplemente apabullante, y no solo por el colorido de muchos de sus escenarios, sino por la cantidad de detalles de los mismos y la calidad de todas y cada una de sus texturas, además de tener una animación de excelente calidad. Así que ninguna pega se le puede poner en dicho aspecto al film dirigido por Lee Unkrich (Toy Story 3) junto a Adrián Molina (que debuta en la realización) y escrito por el segundo junto a Matthew Aldrich (Cleaner). Otra cosa es la historia y su desarrollo, que no es precisamente redondo.

Su comienzo, incluyendo el prólogo con las historia de la familia y el contexto general, no resulta aburrido, es ameno y se deja ver bastante bien. Los personajes llaman la atención, especialmente el vitalista Miguel, su ruda y cariñosa abuela y Mamá Coco, una anciana del todo entrañable. Yo diría que los problemas comienzan algo más adelante, quizá cuando Miguel se ve forzado a entrar en el mundo de los muertos, ya que no logran que el espectador (un servidor al menos) sienta fascinación por dicho entorno a pesar de ser un paisaje espectacular (el detalle que más me ha gustado del mismo es que también hay clases sociales, con millonarios viviendo en grandes castillos y pobretones en chabolas entre los grandes edificios), repleto de colorido y variopintos personajes. De hecho, aunque se deja ver, yo me dije durante esta parte del film que si la cosa seguía así no es que prometiera mucho.

Y es que, simplemente, apenas hay chispa, las situaciones no engatusan y Miguel va dando tumbos de un lado para otro como un pelele. Pero hay un punto desde el que, poco a poco, sin mucha prisa, parece subir de nivel: cuando bajan donde los marginados y se encuentran con un personaje que muestra algo importante para el devenir de la historia. No obstante, no es hasta el tramo final donde Coco sube a niveles estratosféricos, donde brillan las situaciones y agarran el corazón del espectador y lo estrujan hasta casi secarlo, y es que el desenlace es sumamente emotivo, y es lo que salva el film y hace que no sea del montón.

En definitiva, que Coco no es la maravilla que pregonan y tampoco es un desastre, es una buena película con un inicio entretenido, una parte intermedia que no entusiasma y una última parte que es simplemente maravillosa. Solo por ello, ya merece la pena.


LO MEJOR:
-Técnicamente es increíble.
-La música, muy importante durante toda la historia además.
-Su tramo final, simplemente brillante.

LO PEOR:
-Si no fuese por el desenlace estaríamos ante una película del montón.

¿Quién debería verla?
Fanes de Pixar y del cine que te emociona.

¿Y quién no?
Quien espere una joya de principio a fin.

2 comentarios:

Santiago Bobillo dijo...

Ese final... Alguna lagrimilla se me cayó durante el mismo.

Neovallense dijo...

Y es que es muy emotivo, realmente lo bordaron con el desenlace. ^^