06 febrero 2020

Los archivos del pentágono

En un mundo en el que es más necesario que nunca una prensa libre e independiente, y donde a la par es cada vez es más cuestionable la información que sale publicada en la prensa tradicional (endeudada la mayoría o teniendo como dueños corporaciones con muchos y diferentes intereses), con editoriales y artículos sesgados según las predilecciones de los dueños o inversores, está muy bien que aparezcan cintas como Los archivos del Pentágono (The Post, 2017), que viene a ser un magnífico recordatorio de que un periodismo libre tiene la obligación de servir a los gobernados y no a los que gobiernan.

Los archivos del Pentágono se basa en la historia real del pulso que mantuvo la administración Nixon con la prensa de la época, cuando, primero The New York Times y después The Washington Post, decidieron hacer públicos documentos secretos del gobierno que sacaban a la luz décadas de mentiras y engaños por parte de cuatro presidencias diferentes.

Y es una película más que necesaria la de Steven Spielberg (El puente de los espías) cuando un tipo como Donald Trump, al que contabilizaron en su primer año de mandato 2.000 mentiras o medias verdades, ocupa la presidencia del país más poderoso del globo, porque se trata precisamente de un individuo que siempre acusa a la prensa de mentir cuando él no deja ni un solo momento de hacerlo.

Escrita por Liz Hannah y Josh Singer, Los archivos del Pentágono nos muestra a un Spielberg en estupendo estado de forma, el cual sabe imprimir un ritmo creciente a este drama periodístico, además de darle buenos toques de cine de suspense. Durante el trayecto, muestra dos puntos centrales del periodismo de la época y la actual: su independencia y libertad. La independencia supone no depender de terceros para sobrevivir y, a la par, de intereses que impidan que ejerza el segundo y vital tema: la libertad de publicar sobre cualquier asunto que sea de importancia para la ciudadanía. Durante todo el metraje rondan estas dos cuestiones y más si cabe el segundo, soportando todo tipo de presiones Kay Graham, la dueña del Post, quien fue muy valiente al enfrentarse a sus consejeros (algunos con posiciones muy enconadas) y a la posibilidad de ir a la cárcel.

Y aunque el protagonismo está bastante repartido, está claro que la Kay Graham de Meryl Streep (Sufragistas) es el personaje central, el que toma las decisiones más arriesgadas y la que más cambia durante la historia, siendo la interpretación de la requete-nominada a los Oscar merecedora de optar de nuevo a la estatuilla dorada (y ya van...). Tom Hanks (El círculo) da vida al editor del diario en otro gran trabajo del actor californiano, cuyos encuentros con Streep conforman un gran recital interpretativo. Otros papeles destacables son los de Bob Odenkirk (Better Call Saul), como el periodista que tirará de los hilos para conseguir los deseados papeles; Bruce Greenwood (Star Trek: En la oscuridad) como el Secretario de Defensa Robert McNamara; Bradley Whitford (Déjame salir) como un intransigente consejero chapado a la antigua (lo que viene a querer decir, en este caso, que es un machista redomado), Sara Paulson (12 años de esclavitud) como la mujer de Ben Bradlee, y quien le hará ver cuánto se juega Kay en lo que para él supone una decisión fácil; y, entre otros, Tracy Letts (La gran apuesta) como el consejero de mayor confianza de Kay.

Los archivos del Pentágono camina entre el drama y el thriller para contarnos una historia real en la que se jugaba mucho más que la publicación de un artículo, una cinta que empieza con un tono ligero pero que se vuelve más tensa a medida que las cosas se complican para los protagonistas. Necesaria y de muy recomendable visionado.


LO MEJOR:
-La dirección de Spielberg, la fotografía de Kaminski, la música de John Williams...
-Meryl Streep y Tom Hanks, muy grande su trabajo (sin desmerecer el del resto del elenco).
-El guion. Era una historia necesaria recuperar, hay que recordar la importancia de una prensa libre.

LO PEOR:
-Nada en particular.

¿Quién debería verla?
Cualquier periodista y persona de a pie que se preocupe (o no) por informar o estar bien informado (incluyendo a Donald Trump, al que casi se diría que podría ir dedicada -junto a Bush hijo-).

La imagen:
Kay Graham bajando las escaleras del Tribunal Supremo siendo observada con admiración por decenas de mujeres.

El momento:
Cuando Kay se enfrenta a Arthur Parsons y se ratifica en su decisión.

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