14 mayo 2020

Valerian y la ciudad de los mil planetas

Luc Besson, dicen por ahí, tenía muchas ganas desde hacía años de llevar a la pantalla grande las aventuras tebeísticas de Valerian: agente espacio-temporal, pero que no pudo conseguir hacerse con los derechos y para consolarse hizo El quinto elemento... Y desde entonces el hombre siguió insistiendo y, como afirma el dicho, logró su objetivo.

En el corazón de Alpha, la Ciudad de los Mil Planetas, se está expandiendo una misteriosa (y peligrosa) zona radiactiva. El mayor Valerian y la sargento Laureline deberán descubrir la causa y acabar con aquello que amenaza a millones de seres de todas las galaxias.

El prólogo, donde se nos muestra cómo nace Alpha, es uno de los momentos más hermosos de Valerian y la ciudad de los mil planetas (Valerian and the City of a Thousand Planets, 2017), un bonito sueño de concordia entre naciones y razas que está aderezado además con sentido del humor; tras ello viene lo que podríamos llamar la introducción a la historia en sí, un auténtico deleite visual en un paradisíaco planeta poblado de hermosas y exóticas (y sonrientes) criaturas, para después, de golpe y porrazo, presentarnos a los que serán los protagonistas de la cinta, Valerian y Laureline. El primero, parece ser, un intrépido y mujeriego aventurero, y la segunda una chica que no se deja conquistar fácilmente por muchas palabras bonitas que le lancen, una pareja en continua discusión y que en el fondo se nota a la legua que se necesitan el uno al otro, o por lo menos que se echarían en falta si se separaran.

Los dos protagonistas y la química que hay entre ellos eran muy importantes para que el film funcionara, y ahí, aunque las chispas tampoco es que salten, no sale malparada la cinta del director de El gran azul, tanto Dane DeHaan (La cura del bienestar) como Cara Delevingne (Escuadrón suicida) cumplen de forma individual y a dúo. La otra gran prueba de la película es que cumpliera tanto en escenarios como con las criaturas alienígenas, y ya solo con la mencionada introducción y el prólogo nos ofrece un amplio abanico de razas y estímulos a la vista, así que cuando los agentes se internan en un mercado interdimensional tenemos todavía más seres extravagantes de gran diseño y acabado (incluyendo a un traficante que sin duda a muchos recordará a Jabba el Hutt); o sea, Besson y su equipo creativo cumple sobradamente con las criaturas, y aunque los escenarios sean menos, lo cierto es que la ciudad Alpha tiene más variedad de lo que parecería a simple vista (quizá la explicación de zonas era evitable, pero aún así no deja de ser curiosa).

Las pegas que se le puede poner a Valerian y la ciudad de los mil planetas vienen dadas más a la historia y su desarrollo. Si bien tampoco es un desastre como en otras de las películas del director galo (sobre todo de sus últimos trabajos), puesto que resulta amena durante todo el trayecto, hay situaciones no ya solo recortables (el desenlace, por ejemplo), sino quizá evitables (especialmente el secuestro y posterior rescate de Laureline), ya que no añaden realmente nada de interés y resultan predecibles, llegando a provocar en ciertos instantes incluso cansancio.

Por otra parte, otros de los rostros reconocibles que participan en la cinta son Clive Owen (Géminis), actor que no se le ve mucho últimamente (al menos en producciones de éxito o prestigio) a pesar de ser un estupendo intérprete; Rihanna (Ocean's 8), que parece que se ha tomado en serio su carrera en el cine, aunque sea con papeles pequeños; Kris Wu, cantante y actor chino-canadiense al que pudimos ver (pude, pero no lo vi) en xXx: Reactivated; Alain Chabat (el césar de Astérix y Obélix: Misión Cleopatra) y, entre otros, Sam Spruell (En tierra hostil).

En fin, que Valerian y la ciudad de los mil planetas no es un hito cinematográfico, por mucho que sea una de las mayores producciones europeas, pero es una buena película de aventuras, con la que pasar un rato sin complicaciones y asombrarse por momentos por su imaginería visual. Una pena que no cosechara el éxito suficiente como para ver más aventuras de Valerian y Laureline, pero teniendo en cuenta la tenacidad que ha demostrado con los años Luc Besson, nunca se sabe.


LO MEJOR:
-Visualmente es toda una gozada.
-El prólogo, un bonito sueño.
-La banda sonora, con un buen y potente tema principal.
-Que entretiene, que no es poco (pero tampoco mucho).
-El cameo de Rutger Hauer y Ethan Hawke (bueno, el de este último menos).

LO PEOR:
-La historia cumple, pero le falta desarrollo, resulta previsible.
-El secuestro de Laureline sobra (o por lo menos le sobran minutos) a mi entender, no aporta nada a la historia y muy poco a la relación entre los personajes principales.
-Que habrá quien piense que plagia a La guerra de las galaxias.
-El personaje de Rihanna es majo, pero da menos pena de lo que pretenden.

¿Quién debería verla?
Seguidores del cómic original, a cualquiera que le guste las space opera...

¿Y quién no?
A quien le mareen los viajes intergalácticos.

¿Por qué...
… no evitar el típico beso final?

2 comentarios:

Santiago Bobillo dijo...

Yo la pude ver hace un tiempo, y aunque la recuerdo a medias, concuerdo contigo totalmente en que el apartado visual entra por los ojos y muy bien. Y el principio es de un optimista que da gusto también.

Neovallense dijo...

Ese principio tiene mucho encanto, y un bonito mensaje. Es una aventura espacial bastante entretenida.

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