Kingsman: El círculo de oro

Eggsy sufre un ataque por parte de un tipo con un brazo mecánico y otros cuantos energúmenos, del que sale bien parado aunque no lo consigue con facilidad. Por desgracia solo es un anticipo de un gran golpe que recibirán los Kingsman, quienes tendrán que recurrir al protocolo de máxima urgencia, y conocer de este modo la organización hermana Statesman.

En 2014 Matthew Vaughn sorprendió y divirtió con Kingsman: Servicio secreto, adaptación de un cómic de Mark Millar y Dave Gibbons con mucho sentido del humor y un poco gamberra. Debido a su éxito estaba cantado que habría más entregas y, aparentemente, sus responsables (esta secuela también está firmada por Jane Goldman y el propio realizador) debían tenerlo meridianamente claro cuando se estrenó apenas tres años más tarde.

Y, como era de esperar, Kingsman: El círculo de oro (Kingsman: The Golden Circle, 2017) ofrece más de lo mismo y en mayores dosis, además de una evolución en los protagonistas y, por supuesto, nuevos personajes en ambos bandos. Encima empieza con una fuerza arrolladora, con una secuencia de acción y persecución espectacular y muy emocionante, con un final que conlleva cierta sorpresa para el espectador, ya que, en un esfuerzo evidente en diferenciarse de James Bond, aquí el prota tiene una pareja estable y a la que parece que quiere, detalle que resulta cuanto menos curioso, pero que lastra parte de la cinta, haciendo que ciertos pasajes (sobre todo el festival) parezcan que estén estirados de más solo para meter más rollo de problemas de pareja, aunque también está el hecho de que, al menos un servidor, no se terminó de creer que Eggsy estuviera loco por su princesa. Por lo demás, y siguiendo con lo que comentaba al inicio del párrafo, sigue manteniendo la línea iniciada con su primera entrega, siendo un film que elude la seriedad y el realismo (aunque la historia sea más oscura que la anterior) empezando por los buenos, pasando por una mala malosa caricaturesca, que puede recordar a algunos filmes de Bond clásicos, sobre todo de la etapa Moore, pero quizá más locos todavía; y terminando por unas secuencias de acción totalmente irreales o exageradas, dignas muchas del cine de Hong Kong.

Taron Egerton (Rocketman), Colin Firth (sí, su personaje “murió”, pero siempre hay una forma de resucitarlo) y Mark Strong (John Carter) regresan con sus papeles de la primera parte, así como Sophie Cookson (El escándalo de Christine Keeler), aunque su presencia aquí es mínima (por desgracia), mientras que la de Hanna Alström (Sameblod) cobra mucho más importancia, sorprendentemente. Julianne Moore (Hijos de los hombres) interpreta a la antagonista, que quiere dominar el mundo con su imperio de la droga, y simplemente está tarada del todo; Edward Holcroft (El sentido de un final) es su mano derecha, mientras que Elton John, haciendo de sí mismo, sufre los deseos de estos dos personajes. El gran Jeff Bridges (Tron: Legacy) tiene un pequeño papel, también Halle Berry (El atlas de las nubes), aunque probablemente en una hipotética tercera parte (la próxima entrega es una precuela) ganará protagonismo junto con Channing Tatum (El destino de Júpiter), que se pasa gran parte de la película congelado; mientras que Pedro Pascal (Destino oculto) nos regala con su lazo momentos de puro espectáculo. Otros nombre de cierta relevancia que pululan son los de Poppy Delevingne y Tom Benedict Knight.

Quien gozara con Kingsman: Servicio secreto disfrutará lo mismo o más con El círculo de oro. Sigue siendo igual de tebeística que la primera, sus secuencias de acción mantienen un gran nivel y no olvida el humor. Un buen entretenimiento, aunque está lejos de ser redonda.

LO MEJOR:

-Las secuencias de acción, el humor, que no se tome en serio a sí misma...

-Buena realización, BSO, efectos visuales...

-El principio y el final, la parte del medio (el nudo para los amigos) interesa menos.

LO PEOR:

-Esos momentos de crisis de pareja que interesan más bien poco.

¿Quién debería verla?

Quien guste del cine de acción que no olvide el humor, y muy especialmente quien disfrutara de la primera parte.

¿Y quién no?

A quien no convenciera Servicio secreto raramente convencerá esta. Es muy continuista.