Tras un terrible suceso, Otto, un experto en probabilidades, está convencido de que fue un atentado provocado por una famosa banda con la intención de acabar con un testigo.
Cuando vi el avance de Jinetes de la justicia (Retfærdighedens ryttere, 2020) no me quedó claro si se trataba de una comedia o un drama. No lo encajaba en ningún género concreto, aunque mi impresión fue que el film de Anders Thomas Jensen (Las manzanas de Adam) trataba temas serios como para solo ser lo primero. La cierto es que no me equivoqué..., del todo al menos.
Y es que la cinta del realizador danés mezcla sin complejos, como solo saben los surcoreanos, el drama, la comedia, el thriller y la acción, y lo hace de tal manera que nada desentona y todo resulta natural, sin que choque al espectador.
Los chistes se entrelazan con las averiguaciones de los protagonistas, las tensas secuencias de acción y los momentos más dramáticos, como puede uno pasar de la risa al llanto (y a la inversa) en la vida real. Y eso es posible gracias a, además de un buen libreto y realización (y, me atrevería a decir, montaje), a un plantel de actores que bordan sus personajes. Personajes todos que coinciden en tener profundos traumas, y a los que les une por pura casualidad (otro de los temas que toca el film) una causa común que les servirá como terapia para expulsar sus demonios y ayudar a los demás a exorcizarlos. De algunos personajes apenas se dan unas pinceladas de sus problemas psicológicos (de la causa de los mismos) y sin embargo son suficientes para que entendamos sus rarezas (porque todos son raros a su manera, y de ahí viene la mayor parte del humor) y que empaticemos con los mismos, a la par que entendemos que ellos simpaticen con los demás.
Mads Mikkelsen es el rostro más conocido del reparto, el protagonista de La caza y Otra ronda no necesita presentación, y el prestigio que se ha ganado estos años está más que justificado viendo la magnífica labor que realiza con su papel de hierático y en apariencia frío personaje. El personaje probablemente más divertido de todos es el de Lars Brygmann (Kursk), no obstante Lennart es si cabe el que tiene traumas más profundos; aunque los de Emmenthaler, al que aporta físico Nicolas Bro (El reino) no le vaya a la zaga, fruto de ello son los numerosos tocs que padece; mientras que el de Nicolaj Lie Kass (Expediente 64: Los casos del departamento Q) viene a ser el más comedido y normal de todos a pesar de su obsesión con las probabilidades, el cual inicia todo pero es incapaz de controlar hacia dónde se dirige la misión. Acompañando a este destacado cuarteto tenemos a Andrea Heick Gadeberg (El secuestro de Daniel Rye) que interpreta a la dolida hija del protagonista, y a Albert Rudbeck Lindhardt (La ruta del dinero), así como a Gustav Lindh (Reina de corazones) y Roland Moller (El pasajero).
Me sorprende que Jinetes de la justicia no haya sido nominada a los Globos de Oro (y, creo, tampoco está, o ha estado, en la carrera de los Oscar), pero eso no impide que haya sido uno de los estrenos cinematográficos más interesantes del pasado verano (y del año), con grandes interpretaciones y elementos para contentar y emocionar casi a cualquier espectador.
Cuando vi el avance de Jinetes de la justicia (Retfærdighedens ryttere, 2020) no me quedó claro si se trataba de una comedia o un drama. No lo encajaba en ningún género concreto, aunque mi impresión fue que el film de Anders Thomas Jensen (Las manzanas de Adam) trataba temas serios como para solo ser lo primero. La cierto es que no me equivoqué..., del todo al menos.
Y es que la cinta del realizador danés mezcla sin complejos, como solo saben los surcoreanos, el drama, la comedia, el thriller y la acción, y lo hace de tal manera que nada desentona y todo resulta natural, sin que choque al espectador.
Los chistes se entrelazan con las averiguaciones de los protagonistas, las tensas secuencias de acción y los momentos más dramáticos, como puede uno pasar de la risa al llanto (y a la inversa) en la vida real. Y eso es posible gracias a, además de un buen libreto y realización (y, me atrevería a decir, montaje), a un plantel de actores que bordan sus personajes. Personajes todos que coinciden en tener profundos traumas, y a los que les une por pura casualidad (otro de los temas que toca el film) una causa común que les servirá como terapia para expulsar sus demonios y ayudar a los demás a exorcizarlos. De algunos personajes apenas se dan unas pinceladas de sus problemas psicológicos (de la causa de los mismos) y sin embargo son suficientes para que entendamos sus rarezas (porque todos son raros a su manera, y de ahí viene la mayor parte del humor) y que empaticemos con los mismos, a la par que entendemos que ellos simpaticen con los demás.
Mads Mikkelsen es el rostro más conocido del reparto, el protagonista de La caza y Otra ronda no necesita presentación, y el prestigio que se ha ganado estos años está más que justificado viendo la magnífica labor que realiza con su papel de hierático y en apariencia frío personaje. El personaje probablemente más divertido de todos es el de Lars Brygmann (Kursk), no obstante Lennart es si cabe el que tiene traumas más profundos; aunque los de Emmenthaler, al que aporta físico Nicolas Bro (El reino) no le vaya a la zaga, fruto de ello son los numerosos tocs que padece; mientras que el de Nicolaj Lie Kass (Expediente 64: Los casos del departamento Q) viene a ser el más comedido y normal de todos a pesar de su obsesión con las probabilidades, el cual inicia todo pero es incapaz de controlar hacia dónde se dirige la misión. Acompañando a este destacado cuarteto tenemos a Andrea Heick Gadeberg (El secuestro de Daniel Rye) que interpreta a la dolida hija del protagonista, y a Albert Rudbeck Lindhardt (La ruta del dinero), así como a Gustav Lindh (Reina de corazones) y Roland Moller (El pasajero).
Me sorprende que Jinetes de la justicia no haya sido nominada a los Globos de Oro (y, creo, tampoco está, o ha estado, en la carrera de los Oscar), pero eso no impide que haya sido uno de los estrenos cinematográficos más interesantes del pasado verano (y del año), con grandes interpretaciones y elementos para contentar y emocionar casi a cualquier espectador.
LO MEJOR:
-Esa sabia y estupenda mezcla de géneros.
-El elenco, increíbles todos.
-Un guion atrevido, una buena dirección y una fantástica fotografía.
LO PEOR:
-Quizá el hecho de que al final no sepamos cómo se libran los personajes de acabar entre rejas (aunque, para qué engañarnos, no importa mucho).
¿Quién debería verla?
Quien le guste Mads Mikkelsen ya tiene un motivo suficiente, pero es que no hay que buscar ninguno concreto para verla.
¿Y quién no?
-Esa sabia y estupenda mezcla de géneros.
-El elenco, increíbles todos.
-Un guion atrevido, una buena dirección y una fantástica fotografía.
LO PEOR:
-Quizá el hecho de que al final no sepamos cómo se libran los personajes de acabar entre rejas (aunque, para qué engañarnos, no importa mucho).
¿Quién debería verla?
Quien le guste Mads Mikkelsen ya tiene un motivo suficiente, pero es que no hay que buscar ninguno concreto para verla.
¿Y quién no?
Aquellas personas que se desubiquen fácilmente con las mezclas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario