27 marzo 2025

Wilding, el regreso de la naturaleza

Durante generaciones, la familia de Charlie Burrell ha cultivado la tierra, arando la misma y vertiendo sobre ella todo tipo de agroquímicos, lo que hizo que toda la vida que albergara algún día el terreno desapareciera. Ante esta visión, Burrell y su mujer Isabella se enfrentaron a la cuestión de seguir con el mismo modelo, que pervivía solo por los subsidios, o apostar por otro radicalmente distinto.

Seguro que recordaréis las protestas que se produjeron en toda Europa por parte de los agricultores. Estas movilizaciones fueron rápidamente acaparadas y aprovechadas por la ascendente ultraderecha, desviando el foco de los problemas más importantes que afectan a las pequeñas explotaciones (como esos acuerdos de libre comercio que tiran los precios), y al final lo que se logró es que desde la Comisión Europea se hicieran más laxas aquellas reglas que iban enfocadas a reducir el uso de agroquímicos y la recuperación de la tierra, algo vital para la supervivencia de cualquier explotación agrícola pero que, aunque sea una perogrullada, muchos no lo quieren entender.

Este documental de David Allen, basado en el libro de Isabella Tree, nos cuenta la historia de una pareja que decidieron arriesgarse y abandonar unos métodos que estaban matando el tesoro más preciado de cualquier hortelano, sin el cual no puede obtener cosecha alguna. Prácticas que se han impuesto desde hace décadas y que, cada vez más, se ven como insostenibles si queremos tener una alimentación segura y un entorno saludable.

Así que decidieron renaturalizar unas 1400 hectáreas de terreno, tomando para ello como ejemplo un proyecto de un ecologista holandés, el cual defendía, con buen criterio a mi juicio, que lo que definía y moldeaba el paisaje eran los grandes herbívoros, por lo que dejó en semilibertad diferentes especies (como caballos) para restituir el equilibrio del suelo. Eso mismo hacen en la finca Knepp la pareja protagonista, liberando caballos, cerdos y vacas, todas de razas lo más cercanas posibles a sus homólogos silvestres, observando resultados positivos muy pronto, al ir apareciendo poco a poco más especies de insectos y animales, e incluso haciendo acto de presencia algunas, como la tórtola, en claro declive.
El documental nos muestra, a través de bellas estampas, cómo cambia el paisaje. Pasa de campos arados desprovistos de cobertura vegetal a otro bien diferente, donde no solo las hierbas y arbustos proliferan, sino los robles y otros árboles empiezan a reconquistar terreno con el paso de los años, sumándose con ello una mayor biodiversidad. Nos revelan algunos ejemplos sorprendentes, como la mencionada tórtola, una particular especie de ratones o una mariposa, tan alucinante que es imposible no pensar que los animales deben de tener un sistema para comunicarse, una especie de red donde se transmitan noticias, como el de un nuevo y acogedor lugar donde poder vivir.

Se echa de menos que entren en detalles sobre el proceso, de las resistencias gubernamentales y de los agricultores vecinos (que algo se cuenta), de si abandonan por completo la agricultura por la ganadería, o incluso de si se trata de una explotación ganadera o quizás es más bien una especie de reserva. Viendo solo el documental, y sin saber nada del libro en el que se basa, no me quedan claras estas cuestiones.

Sea como sea, Wilding, el regreso de la naturaleza (Wilding, 2023) es un documental que se suma a otros tantos alrededor de la necesaria regeneración de la naturaleza y, muy especialmente, del maltratado suelo, que la actual agricultura industrial está destruyendo y que, por mucho que los lobbies más reaccionarios encabezados por las empresas agroquímicas presionen (con la connivencia de ciertos partidos políticos) para que no pase, se debería abandonar paulatinamente por un sistema que no envenene la tierra y nuestros platos, sino que apueste por unos suelos vivos y resilientes. Nadie dice que sea fácil, pero es posible, ejemplos los hay a pares y cada vez más.
 
 
LO MEJOR:
-Que es un documental muy entretenido y pedagógico.
-Las bellas estampas del regreso de la naturaleza.
-Que surjan más proyectos como este y sean mostrados al mundo, dispuestos a callar esas voces que, por puros intereses pecuniarios, no quieren cambiar un modelo insostenible.

LO PEOR:
-Hecho en falta algunas explicaciones más, como las mencionadas en el penúltimo párrafo.

¿Quién debería verla?
Los escépticos de mente no cerrada, y los que queremos creer todavía en que podemos salir del hoyo, del desastre al que nos aboca este sistema.

Dos documentales para ver cómo vamos:

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