Rotzbub es un mozalbete que, como es normal, no tiene muy claro qué quiere ser de mayor, pero lo que sí sabe es que le gusta dibujar y no le gusta nada la taberna de su padre y menos sus clientes, muchos de ellos nostálgicos de tiempos oscuros.
Tuve conocimiento de Chico mocoso (Rotzbub, 2021) gracias a los amigos de Cinefagia Mórbida, que habían disfrutado de ella en Sitges, así que me la anoté en una neurona que tenía libre y resulta que no sobrescribí nada sobre ella dado que, cuando llegó a la cartelera (a unas contadas salas), no la olvidé.
Empieza de forma festiva la cinta dirigida por Santiago López Jover y Marcus H. Rosenmüller, en el vientre materno del protagonista y el chaval tocándose la pilila, dejando claro desde el primer fotograma que no estamos ante una película dirigida a todos los públicos. De hecho otra cosa que llama la atención desde el principio es su estética, alejada de Disney y Pixar y que opta, acertadamente, por unos diseños feístas y caricaturescos.
De inicio parece que vamos a ser testigos de las desventuras de unos adolescentes y sus revolucionadas hormonas, una especie de Porky's a la austriaca, puesto que la natural curiosidad del protagonista por su neumática vecina y su talento por el dibujo nos obsequia con algunos instantes dignos de comedias estadounidenses subidillas de tono. Mas, sin abandonar nunca el humor, poco a poco se van introduciendo temas más serios, como que el pueblo donde le ha tocado vivir a Rotzbub está plagado de gente de bien fascistoide, muy bien representados por las autoridades locales, el cura (y maestro) y exsoldados de las fuerzas nazis, mientras que otros, como el resignado progenitor del protagonista, intentan vivir sin molestar y evitando los problemas aun siendo víctima del acoso de los anteriores.
Como apuntaba algo más arriba, el diseño de los personajes no pretende ser especialmente agradable a la vista, la mayoría son feos, no tienen piel de muñeco (no hablamos ya solo de pecas, sino de manchas, narices rojizas y acné explosivo), pero precisamente por eso destaca entre tanta animación que pretende copiar a los norteamericanos. Convence incluso en los planos cortos, la calidad de las texturas de los personajes es muy buena y los de entornos también están trabajados aunque no sean (justificadamente) muy variados.
Chico mocoso es un film por momentos irreverente, que se torna algo más serio en ciertos puntos pero que siempre apuesta por el humor y una visión crítica de la sociedad austriaca del momento (está ambientada en los 60, pero es inevitable pensar, viendo el ascenso mundial de la ultraderecha, si no es también un reflejo de la actualidad), una película que sorprende que incluso se haya producido, dado que está lejos de la animación comercial actual. Bravo por las personas valientes que la han sacado adelante
LO MEJOR:
-Que es divertida, irreverente y crítica.
-El principio y el final (una metáfora bien directa y clara).
-Luce muy bien técnicamente.
LO PEOR:
-Podrían haber ido un poco más allá, creo que habría sido más entretenida y mejor película (aunque, probablemente, aún menos comercial).
¿Quién debería verla?
Quien guste del cine de animación en general y el cine con mala baba (pero buenos sentimientos) en particular.
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