21 marzo 2019

Alita: Ángel de combate

 
Ido encuentra los resto de un ciborg entre la basura, lo recupera y arregla, aunque Alita, ése es el nombre que le da, no recuerda nada de su pasado. Pronto Ido y la propia Alita se percatan de que no es un ciborg corriente, obsesionándose la segunda por saber quién es y encontrar su sitio en el devastado mundo en el que viven.

No lo voy a negar, tenía muchas ganas de ver Alita: Ángel de combate (Alita: Battle Angel, 2019), adaptación del célebre manga de Yukito Kishiro, del que se hizo los derechos James Cameron después de que Guillermo del Toro le recomendara su lectura. Pero, como suele ser habitual con el director de Titanic y Avatar, la producción se fue posponiendo y, al final, aunque escribió el libreto junto a Laeta Kalogridis (Shutter Island), encargó el proyecto a otro realizador con experiencia en adaptaciones comiqueras, Robert Rodriguez (Sin City, El mariachi), y con una filmografía bastante más irregular que la de Cameron.

Que no la haya dirigido el propio James Cameron es una pena, pero aún así quise confiar en la labor de Rodriguez, darle una oportunidad, y mal no lo hace, sin duda Alita: Ángel de combate es una de las mejores versiones yanquis de un manganime (Speed Racer, de las Wachowski, es la mejor), pero por desgracia, y al menos para un servidor, ha quedado por debajo de las expectativas.

Visualmente pocas pegas se le puede poner, incluso los polémicos ojazos que le han puesto a Rosa Salazar (se distingue poco de la interprete de El corredor del laberinto: Las pruebas, pero ahí están sus rasgos) les han quedado expresivos y muy vivos. Vamos, que es un gran espectáculo para la vista, con una Ciudad del Hierro recreada con todo lujo de detalles (pero no calcada a la del tebeo), unos combates espectaculares y hasta unas buenas carreras de motorball (la vi en IMAX 3D y mola toda ella). Donde yerra parcialmente es en el desarrollo de la historia (o quizá en el montaje, me dejó en ocasiones cierta sensación de que se habían saltado algo) y, sobre todo, de los personajes y sus relaciones.

La secuencia en el bar es una buena muestra de ello y, también, el comienzo de la cascada de errores más o menos grandes que hacen que pierda fuelle. Y es que no se entiende el porqué Alita actúa como actúa; sí, es una muchacha ingenua en un mundo cruel, pero no me parece que se haya mostrado toda esa ingenuidad que demuestra en el susodicho antro y, sobre todo, su razonamiento para pensar que lo que está haciendo sea una buena idea, además que de repente se pone muy chulita (y un tanto revolucionaria). Curiosamente, este escena también nos regala una magnífica pelea de bar, probablemente el momento más Robert Rodriguez de la película, en un segundo y notable enfrentamiento con Grewishka.
La relación de la protagonista con Ido y Hugo también sufre saltos y tumbos importantes, su evolución es forzada, además la aparición de ciertos personajes en momentos puntuales (Chiren, por ejemplo) resulta así mismo demasiado oportuna. Pero si tenemos que hablar de un personaje que no pinta nada en la historia, puesto que no participa en la misma y sus líneas de diálogo son paupérrimas, ese es la ayudante de Ido, la cual se limita a estar ahí y asentir..., poco más. Quizá le haya sentado mal el montaje.

Rosa Salazar, como ya he mencionado, ha sido la encargada de darle el esqueleto a Alita, su interpretación ha sido capturada con la misma técnica de Avatar, y ciertamente es una buena muestra de hasta dónde puede llegar dicha tecnología, aunque su techo todavía debería estar lejos. Christoph Waltz (Spectre) es Ido, y me parece una buena elección, ya que físicamente encaja un poco con el personaje creado por Kishiro; a Hugo le da vida Keean Johnson (Nashville), que también cumple con su papel, teniendo bastante presencia, pero han dulcificado un poco su relación con Alita así como su personalidad, aún siendo su arco similar al del manga. El de Jennifer Connelly (Corazón de tinta), Chiren, sí que es nuevo, su inclusión es discutible y resulta típico el conflicto que han planteado (ese pasado con Ido y su drama), pero se le perdona; mientras que Mahershala Ali (Green Book) interpreta a Vector, que tiene una mayor importancia en este mundo cinematográfico que en el del tebeo, y que también tiene cierto parecido físico con el personaje creado por Yukito Kishiro. No se han olvidado de Desty Nova, no me convence mucho los cambios que han hecho con él, pero habrá que ver cómo evoluciona en próximas películas.

El manga de Kishiro es mucho más duro que su versión para la pantalla grande, que han suavizado como era de esperar, pero aun así mantiene algo de crudeza y se agradece, además es todo un deleite visual, desde la propia Alita hasta los escenarios y las secuencias de acción; no obstante, la evolución de los personajes no me ha convencido. No es una mala adaptación, pero una obra tan potente como Gunnm daba para mucho más, aún así eso es algo que podrían corregir (seamos optimistas) si, finalmente, cierran la trilogía prevista.


LO MEJOR:
-El apartado visual y sonoro.
-A pesar de los cambios, se nota el respeto por la historia original.
-La impresión de que mejorará con los revisionados.

LO PEOR:
-La ayudante de Ido..., no pinta nada.
-Cómo evolucionan los personajes y sus relaciones.

¿Quién debería verla?

Si te gusta la ciencia ficción, especialmente el ciberpunk y las postapocalíticas.

¿Y quién no?
Fanes acérrimos del manga que quieran un calco.

2 comentarios:

Santiago Bobillo dijo...

He leído hace poquito los nueve tomos del manga original y ando con ganas de ver la película, a ver cómo ha ido la adaptación. Las reseñas que he visto hasta ahora coinciden con las tuya, parcialmente satisfechas, parcialmente descontentas, así que ya llevo las expectativas acorde a ello.

Neovallense dijo...

Creo que merece la pena ver, te gustara mucho o no la obra de Kishiro (salvo el final, a mí me encantó), así que no está de más darle una oportunidad a esta esperada adaptación. Aburrir seguro que no te aburre.

Cuando la veas, ya dirás si te convenció.