Earwig (o Erika Wig) es una niña que, siendo bebé, fue dejada a las puertas de un orfelinato, y desde entonces sigue allí, con pocas ganas de que nadie la adopte, ya que es experta manipulando a los demás para conseguir todo lo que se le antoja. Pero para su sorpresa y desgracia llega el día en el que una extraña e inquietante pareja decide quedarse con ella, tan inquietante que resulta que la mujer es una bruja que solo la ha adoptado para que la ayude en todas sus tareas.
Cuando se anunció que el siguiente proyecto de Studio Ghibli iba a ser dirigido de nuevo por Goro Miyazaki no sorprendió excesivamente, pero cuando se confirmó que dicho proyecto iba a ser en 3D CGI, y que se iba a estrenar directamente en TV, ya saltaron más alarmas. Al verse las primeras imágenes un servidor prefirió no opinar y el tráiler opté por no verlo (salvo unos segundos, por eso de echar un ojo a la animación), pero durante todo momento no fue un proyecto que me convenciera.
Una vez vista, casi lo de menos me parece el apartado visual, de hecho opino que, para ser el primer largometraje que realiza el estudio con esta tecnología, luce bastante bien. Los escenarios tienen muchos detalles y un buen acabado general (nada de estancias vacías y edificios cuadriculados) y los diseños de los personajes (obra de Katsuya Kondo) siguen siendo fieles a la casa, aunque me gustan más cómo quedan y se mueven en animación tradicional (pero he de reconocer que el toque stop-motion me ha agradado). Lo que sí me parece más flojo es el guion.
Basado en un libro de Diana Wynne Jones, está escrito por Keiko Niwa (quien ya ha escrito varios libretos como los de Puedo escuchar el mar, Arrietty y el mundo de los diminutos y, la inexplicablemente todavía no editada en España, La colina de las amapolas) y Emi Gunji (que colaboró con Goro en la recomendable serie Ronja, la hija del bandolero), siendo el encargado de la planificación (que no sé exactamente en qué consistirá, ya que el guion gráfico también lo realizó Goro) Hayao Miyazaki. Supongo que el elegir esta historia, que no está en la lista de los cincuenta libros que recomienda Miyazaki padre, no fue algo al azar, sino que sentían que encajaba con los gustos de los niños actuales (y que, quizá, refleja cómo son) y también, probablemente, porque no supone un gran riesgo al no ser compleja ni ambiciosa (y eso lo supongo, porque no la he leído).
Cuando se anunció que el siguiente proyecto de Studio Ghibli iba a ser dirigido de nuevo por Goro Miyazaki no sorprendió excesivamente, pero cuando se confirmó que dicho proyecto iba a ser en 3D CGI, y que se iba a estrenar directamente en TV, ya saltaron más alarmas. Al verse las primeras imágenes un servidor prefirió no opinar y el tráiler opté por no verlo (salvo unos segundos, por eso de echar un ojo a la animación), pero durante todo momento no fue un proyecto que me convenciera.
Una vez vista, casi lo de menos me parece el apartado visual, de hecho opino que, para ser el primer largometraje que realiza el estudio con esta tecnología, luce bastante bien. Los escenarios tienen muchos detalles y un buen acabado general (nada de estancias vacías y edificios cuadriculados) y los diseños de los personajes (obra de Katsuya Kondo) siguen siendo fieles a la casa, aunque me gustan más cómo quedan y se mueven en animación tradicional (pero he de reconocer que el toque stop-motion me ha agradado). Lo que sí me parece más flojo es el guion.
Basado en un libro de Diana Wynne Jones, está escrito por Keiko Niwa (quien ya ha escrito varios libretos como los de Puedo escuchar el mar, Arrietty y el mundo de los diminutos y, la inexplicablemente todavía no editada en España, La colina de las amapolas) y Emi Gunji (que colaboró con Goro en la recomendable serie Ronja, la hija del bandolero), siendo el encargado de la planificación (que no sé exactamente en qué consistirá, ya que el guion gráfico también lo realizó Goro) Hayao Miyazaki. Supongo que el elegir esta historia, que no está en la lista de los cincuenta libros que recomienda Miyazaki padre, no fue algo al azar, sino que sentían que encajaba con los gustos de los niños actuales (y que, quizá, refleja cómo son) y también, probablemente, porque no supone un gran riesgo al no ser compleja ni ambiciosa (y eso lo supongo, porque no la he leído).
Desde luego la película no es ambiciosa narrativamente hablando, no hay muchos personajes, ni muchos escenarios y todo está contando, salvo el prólogo, desde el punto de vista de la protagonista... Y en ella está una de las partes más endebles del film, no porque no resulte simpática o no tenga ocurrencias divertidas, de hecho el personaje en sí está bien presentado y perfilado, sino porque, a diferencia de la mayoría de protagonistas de producciones de Studio Ghibli, no cambia. Al principio es una niña manipuladora que consigue todo lo que quiere y al final sigue siendo igual (o peor). Es un personaje diría que sin maldad, pero que no parece estar dispuesta a tomar un camino moralmente recto... pero, paradójicamente, con su egoísmo hace que otros cambien para bien.
El desarrollo de la historia transcurre sin complicaciones, no aburre pero tampoco consigue sorprender, ni mucho menos al final deja mella alguna. No hay un desarrollo claro o por lo menos un desarrollo que nos dirija a una resolución. En ocasiones parece que puede depararnos algo inesperado pero no termina de cuajar. A pesar de que los personajes estén realizados en 3D, en lo importante es plana, y que al final deje tantos cabos sueltos tampoco ayuda (inevitable pensar en una continuación). Earwig y la bruja (Aya to majo, 2020) es, probablemente, la peor película del estudio.
Goro Miyazaki afirmó que no podía volver a Studio Ghibli, pero sin embargo lo ha hecho, y en su empeño en diferenciarse lo máximo de su padre ha optado por la animación por ordenador. Es su elección y hay que respetarla, pero lo que quizá sea más cuestionable es que no haya sido capaz de hacerlo lejos de Ghibli, porque con su obsesión puede terminar por desvirtuar o hacer desaparecer una forma de entender y hacer cine, donde el ordenador solo era una herramienta de apoyo, y donde las historias contaban más cosas de lo que parecían en un simple vistazo.
LO MEJOR:
-El momento en el que Mandrágora se enfada, sin duda la escena más conseguida de la película.
-Visualmente luce bastante bien, sobre todo en lo que a entornos se refiere, siendo notablemente detallados los escenarios.
-Que a pesar de no ser una maravilla resulta amena.
El desarrollo de la historia transcurre sin complicaciones, no aburre pero tampoco consigue sorprender, ni mucho menos al final deja mella alguna. No hay un desarrollo claro o por lo menos un desarrollo que nos dirija a una resolución. En ocasiones parece que puede depararnos algo inesperado pero no termina de cuajar. A pesar de que los personajes estén realizados en 3D, en lo importante es plana, y que al final deje tantos cabos sueltos tampoco ayuda (inevitable pensar en una continuación). Earwig y la bruja (Aya to majo, 2020) es, probablemente, la peor película del estudio.
Goro Miyazaki afirmó que no podía volver a Studio Ghibli, pero sin embargo lo ha hecho, y en su empeño en diferenciarse lo máximo de su padre ha optado por la animación por ordenador. Es su elección y hay que respetarla, pero lo que quizá sea más cuestionable es que no haya sido capaz de hacerlo lejos de Ghibli, porque con su obsesión puede terminar por desvirtuar o hacer desaparecer una forma de entender y hacer cine, donde el ordenador solo era una herramienta de apoyo, y donde las historias contaban más cosas de lo que parecían en un simple vistazo.
LO MEJOR:
-El momento en el que Mandrágora se enfada, sin duda la escena más conseguida de la película.
-Visualmente luce bastante bien, sobre todo en lo que a entornos se refiere, siendo notablemente detallados los escenarios.
-Que a pesar de no ser una maravilla resulta amena.
-Ese toque a animación stop-motion.
-Los cameos y homenajes (el 2 CV, el padre de Ronja conduciendo un camión, Earwig viendo El castillo ambulante en los créditos finales y ese cocinero también muy parecido a un personaje de la serie dirigida por Goro Miyazaki).
LO PEOR:
-La historia no termina de despegar, pero tiene sus momentos donde parece que quiere brillar un poco.
-Earwig no evoluciona a lo largo del relato.
-El final es anticlimático, mucho hablar de las doce brujas pero la cosa se queda ahí. Deja muchas cosas por resolver.
¿Quién debería verla?
Completistas de Studio Ghibli; padres que quieran ver una película corta, entretenida y sencilla con sus hijos.
¿Y quién no?
Quien espere ver una obra mayor del estudio de Mi vecino Totoro.
-Los cameos y homenajes (el 2 CV, el padre de Ronja conduciendo un camión, Earwig viendo El castillo ambulante en los créditos finales y ese cocinero también muy parecido a un personaje de la serie dirigida por Goro Miyazaki).
LO PEOR:
-La historia no termina de despegar, pero tiene sus momentos donde parece que quiere brillar un poco.
-Earwig no evoluciona a lo largo del relato.
-El final es anticlimático, mucho hablar de las doce brujas pero la cosa se queda ahí. Deja muchas cosas por resolver.
¿Quién debería verla?
Completistas de Studio Ghibli; padres que quieran ver una película corta, entretenida y sencilla con sus hijos.
¿Y quién no?
Quien espere ver una obra mayor del estudio de Mi vecino Totoro.
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Anime en tres dimensiones:
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