Cole Young, un luchador en horas bajas con una curiosa marca de nacimiento en forma de dragón, pelea por cuatro perras y se encuentra un tanto perdido en lo personal a pesar tener a una hermosa esposa y una cariñosa hija. Cierto día se encuentra con un fortachón veterano de guerra que le echa el ojo, el cual le salva de las garras de Sub-Zero. Es entonces cuando tiene conocimiento de que su marca no es una simple mancha, sino que la tienen aquellos elegidos para participar en el torneo Mortal Kombat, donde se derrimirá el destino de la Tierra, ya que si sus luchadores pierden frente al temible Reino Exterior, todo el planeta, junto con sus habitantes, caerán en sus manos.
Aunque ahora tiene un cierto halo de película de culto, no nos vamos a engañar, tanto en el momento de su estreno como en la actualidad, la adaptación del videojuego creado por Ed Boon y John Tobias que pertrechó Paul W.S. Anderson a mediados de los noventa era tirando a cutre (y no hablemos ya de las secuelas). Esta nueva adaptación, que tampoco es que sea de serie A pero se nota que ha contado con más medios, dirigida por el debutante Simon McQuoid, tenía una pinta bastante decente ya en sus avances, y la verdad es que se me apetecía ver como se daban mamporros tíos (y seres sobrenaturales) cachas.
He de decir que no soy fan del videojuego, apenas habré jugado una partida a alguna entrega añeja, así que, aunque conozco a los personajes más populares, y desde luego la mecánica del mismo, mis conocimientos son muy superficiales... Y aún así, o quizá por ello, he sentido que Mortal Kombat (ídem, 2021) lo respeta y reverencia, y está realizada con la suficiente inteligencia como para no tomarse muy en serio a sí misma. Porque la historia no es que sea precisamente un portento, pero funciona lo suficiente como para ir enlazando las luchas y creando cierto arco dramático en los personajes que nos haga conectar un poco con ellos.
Y eso que los intérpretes no se puede decir que sean grandes actores, Lewis Tan (Into the Badlands), que ejerce de héroe protagonista, cumple físicamente pero su nivel interpretativo está por debajo del de Chuck Norris o Steven Seagal. Sus compañeros tampoco es que sean mucho mejores, ni Jessica McNamee (Todos los días de mi vida), que uno no termina de ver qué es lo que le fascina tanto del torneo, ni Mehcad Brooks (Supergirl, True Blood) hacen un gran trabajo, pero como propinan buenas tortas me valen; algo mejor están Hiroyuki Sanada (Lobezno Inmortal) y Joe Taslim (Redada asesina), aunque este último con la máscara no se por qué siempre me recordaba a John Travolta (por los ojos debe de ser), y el señor que da vida a Raiden, Tadanobu Asano (Thor), tampoco lo hace mal, aunque me quedo con Max Huang (que hasta la fecha sobre todo ha trabajado como especialista) y Josh Lawson (El escándalo (Bombshell)), Kano, pero es justo decir que este último resulta un poco cansino. También habría que anotar la participación de Chin Han (El rascacielos) como el tenebroso líder del Reino Exterior.
En definitiva, Mortal Kombat es una película que ofrece diversión directa, tiene unas luchas emocionantes y vibrantes, con muchos detalles muy divertidos extraídos directamente de los videojuegos, y que además no elude los fatalities, ya que regala para los seguidores de la franquicia buenas dosis de hemoglobina y alguna que otra víscera. Me lo he pasado muy bien.
Aunque ahora tiene un cierto halo de película de culto, no nos vamos a engañar, tanto en el momento de su estreno como en la actualidad, la adaptación del videojuego creado por Ed Boon y John Tobias que pertrechó Paul W.S. Anderson a mediados de los noventa era tirando a cutre (y no hablemos ya de las secuelas). Esta nueva adaptación, que tampoco es que sea de serie A pero se nota que ha contado con más medios, dirigida por el debutante Simon McQuoid, tenía una pinta bastante decente ya en sus avances, y la verdad es que se me apetecía ver como se daban mamporros tíos (y seres sobrenaturales) cachas.
He de decir que no soy fan del videojuego, apenas habré jugado una partida a alguna entrega añeja, así que, aunque conozco a los personajes más populares, y desde luego la mecánica del mismo, mis conocimientos son muy superficiales... Y aún así, o quizá por ello, he sentido que Mortal Kombat (ídem, 2021) lo respeta y reverencia, y está realizada con la suficiente inteligencia como para no tomarse muy en serio a sí misma. Porque la historia no es que sea precisamente un portento, pero funciona lo suficiente como para ir enlazando las luchas y creando cierto arco dramático en los personajes que nos haga conectar un poco con ellos.
Y eso que los intérpretes no se puede decir que sean grandes actores, Lewis Tan (Into the Badlands), que ejerce de héroe protagonista, cumple físicamente pero su nivel interpretativo está por debajo del de Chuck Norris o Steven Seagal. Sus compañeros tampoco es que sean mucho mejores, ni Jessica McNamee (Todos los días de mi vida), que uno no termina de ver qué es lo que le fascina tanto del torneo, ni Mehcad Brooks (Supergirl, True Blood) hacen un gran trabajo, pero como propinan buenas tortas me valen; algo mejor están Hiroyuki Sanada (Lobezno Inmortal) y Joe Taslim (Redada asesina), aunque este último con la máscara no se por qué siempre me recordaba a John Travolta (por los ojos debe de ser), y el señor que da vida a Raiden, Tadanobu Asano (Thor), tampoco lo hace mal, aunque me quedo con Max Huang (que hasta la fecha sobre todo ha trabajado como especialista) y Josh Lawson (El escándalo (Bombshell)), Kano, pero es justo decir que este último resulta un poco cansino. También habría que anotar la participación de Chin Han (El rascacielos) como el tenebroso líder del Reino Exterior.
En definitiva, Mortal Kombat es una película que ofrece diversión directa, tiene unas luchas emocionantes y vibrantes, con muchos detalles muy divertidos extraídos directamente de los videojuegos, y que además no elude los fatalities, ya que regala para los seguidores de la franquicia buenas dosis de hemoglobina y alguna que otra víscera. Me lo he pasado muy bien.
LO MEJOR:
-Las luchas, notablemente espectaculares y divertidas.
-Que es autoconsciente del tipo de película que es, lo que hace que sea tan entretenida.
-Que es lo suficientemente buena como para que al verla te entren ganas de jugar a un videojuego de lucha (de hecho, me compré el Soul Calibur VI al día siguiente).
LO PEOR:
-El nivel interpretativo, sobre todo el del protagonista, que carece de carisma.
-En el libreto tampoco es que se hayan esmerado mucho.
¿Quién debería verla?
Quien disfrute de las películas de lucha, así como los videojuegos de dicho género.
¿Y quién no?
Si la violencia más descarnada no es lo tuyo (o buscas peleas realistas).
-Las luchas, notablemente espectaculares y divertidas.
-Que es autoconsciente del tipo de película que es, lo que hace que sea tan entretenida.
-Que es lo suficientemente buena como para que al verla te entren ganas de jugar a un videojuego de lucha (de hecho, me compré el Soul Calibur VI al día siguiente).
LO PEOR:
-El nivel interpretativo, sobre todo el del protagonista, que carece de carisma.
-En el libreto tampoco es que se hayan esmerado mucho.
¿Quién debería verla?
Quien disfrute de las películas de lucha, así como los videojuegos de dicho género.
¿Y quién no?
Si la violencia más descarnada no es lo tuyo (o buscas peleas realistas).
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