Lo he leído y releído y no termino de creérmelo: Kentaro Miura ha muerto.
Falleció a principios de mes, y no ha sido hasta el 20 de mayo cuando la editorial que publicaba su obra magna lo ha anunciado. Tenía tan solo 54 años, y desgraciadamente es solo otro mangaka que muere demasiado joven. No cabe la menor duda de que el estilo de vida que se ven obligados a tener, sin apenas dormir y sin días de descansos, siempre pegados a una silla dibujando, por culpa de las acuciantes ritmos de publicación nipones, mucho ha tenido que ver con su temprano y trágico final.
Me compré Berserk con el pack que sacó MangaLine junto a Please Save my Earth (veinte años hace ya de eso), creo que no era mi intención continuar ninguna de las historias cuando lo hice, pero la cuestión es que un personaje tan oscuro como Gatsu (así tradujeron el nombre del protagonista por la época... y he de decir que así suelo recordarlo siempre) me atrajo lo suficiente como para también hacerme con el segundo volumen a pesar de mi exiguo presupuesto, y luego con el tercero, donde explotó mi cabeza ya que en dicho tomo hay un gran flashback, hasta el mismo nacimiento del protagonista, que es simplemente bestial, y si encima venía acompañado con un salto gigante en la calidad del dibujo, pues me enganchó hasta el día de hoy y, con ello, nació mi admiración hacia un autor que aunque no destacara por su regularidad (en los últimos años los capítulos han aparecido a cuentagotas, y hay tramos alargados en demasía donde se nota que no sabía exactamente cómo seguir, bloqueado sin duda pero luchando contra ese bloqueo para sacar adelante la obra), siempre lo ha hecho por su soberbio arte y por unir la violencia más brutal y descarnada con un desarrollo muy absorbente (a pesar de los mencionados baches) y unos personajes a cual más carismático.
Además de las aventuras del Guerrero negro, también nos han llegado otros mangas de su autoría, ya sea en solitario, como Gigantomaquia, o guionizados por Buronson, como Japan y Oh-Roh y su secuela.
Kentaro Miura ha sido uno de los artistas que más me han impactado en toda mi vida. Su forma de retratar la violencia, de mostrarnos un mundo alternativo donde un simple mortal es capaz de acabar con incontables guerreros demoníacos aún siendo estos más fuertes que él, pero no quedarse solo ahí, sino que también nos muestra un gran drama, el de Guts, el hombre con la capacidad de matar a dichos demonios e incluso de enfrentarse con cien enemigos usando los dientes si hace falta (y asesinar muy fría y cruelmente en ocasiones), pero también un personaje lleno de traumas capaz de amar profundamente y hacer lo imposible para proteger a quien le importa.
Por lo que se vislumbraba en algunos capítulos de su obra maestra, creo que Miura tenía más o menos claro el desenlace de Berserk, de lo que no estoy tan seguro es si tenía definido cómo llegar hasta él. Eso ya da igual, aunque no es imposible sí que sería raro que sus ayudantes prosiguieran hasta terminar la historia, algo que sin duda todos los fanáticos del gran drama de Guts agradeceríamos, pero siempre quedaría un poso amargo, pues no sería la perfeccionista mano de Kentaro Miura quien firmara el fin de uno de los cómics japonés más aclamados de todos los tiempos.
Te echaremos mucho de menos, maestro.
Falleció a principios de mes, y no ha sido hasta el 20 de mayo cuando la editorial que publicaba su obra magna lo ha anunciado. Tenía tan solo 54 años, y desgraciadamente es solo otro mangaka que muere demasiado joven. No cabe la menor duda de que el estilo de vida que se ven obligados a tener, sin apenas dormir y sin días de descansos, siempre pegados a una silla dibujando, por culpa de las acuciantes ritmos de publicación nipones, mucho ha tenido que ver con su temprano y trágico final.
Me compré Berserk con el pack que sacó MangaLine junto a Please Save my Earth (veinte años hace ya de eso), creo que no era mi intención continuar ninguna de las historias cuando lo hice, pero la cuestión es que un personaje tan oscuro como Gatsu (así tradujeron el nombre del protagonista por la época... y he de decir que así suelo recordarlo siempre) me atrajo lo suficiente como para también hacerme con el segundo volumen a pesar de mi exiguo presupuesto, y luego con el tercero, donde explotó mi cabeza ya que en dicho tomo hay un gran flashback, hasta el mismo nacimiento del protagonista, que es simplemente bestial, y si encima venía acompañado con un salto gigante en la calidad del dibujo, pues me enganchó hasta el día de hoy y, con ello, nació mi admiración hacia un autor que aunque no destacara por su regularidad (en los últimos años los capítulos han aparecido a cuentagotas, y hay tramos alargados en demasía donde se nota que no sabía exactamente cómo seguir, bloqueado sin duda pero luchando contra ese bloqueo para sacar adelante la obra), siempre lo ha hecho por su soberbio arte y por unir la violencia más brutal y descarnada con un desarrollo muy absorbente (a pesar de los mencionados baches) y unos personajes a cual más carismático.
Además de las aventuras del Guerrero negro, también nos han llegado otros mangas de su autoría, ya sea en solitario, como Gigantomaquia, o guionizados por Buronson, como Japan y Oh-Roh y su secuela.
Kentaro Miura ha sido uno de los artistas que más me han impactado en toda mi vida. Su forma de retratar la violencia, de mostrarnos un mundo alternativo donde un simple mortal es capaz de acabar con incontables guerreros demoníacos aún siendo estos más fuertes que él, pero no quedarse solo ahí, sino que también nos muestra un gran drama, el de Guts, el hombre con la capacidad de matar a dichos demonios e incluso de enfrentarse con cien enemigos usando los dientes si hace falta (y asesinar muy fría y cruelmente en ocasiones), pero también un personaje lleno de traumas capaz de amar profundamente y hacer lo imposible para proteger a quien le importa.
Por lo que se vislumbraba en algunos capítulos de su obra maestra, creo que Miura tenía más o menos claro el desenlace de Berserk, de lo que no estoy tan seguro es si tenía definido cómo llegar hasta él. Eso ya da igual, aunque no es imposible sí que sería raro que sus ayudantes prosiguieran hasta terminar la historia, algo que sin duda todos los fanáticos del gran drama de Guts agradeceríamos, pero siempre quedaría un poso amargo, pues no sería la perfeccionista mano de Kentaro Miura quien firmara el fin de uno de los cómics japonés más aclamados de todos los tiempos.
Te echaremos mucho de menos, maestro.
3 comentarios:
Muy jodido. Como tú, creo que se había sobrepuesto a su bloqueo de escritor y, más o menos, sabía por donde iba a tirar todo... muy cruel que un perfeccionista tan extremo como él no pueda terminar su obra
Un duro golpe.
Descanse en paz, otra cosa ya no podemos desear por el autor.
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