Sang-wo ha regresado recientemente a Corea y está pasando unos días en casa de una amiga; Hong es un poeta que ha ganado notoriedad entre la juventud y al que Kim, una estudiante universitaria, le está haciendo un documental.
Dos o tres personajes, luz natural, un plano fijo (con algún paneo o zum), sin banda sonora y dos o tres localizaciones. Son los pocos elementos que le hacen falta a Hong Sang-soo (Noche y día) para hacer una película. Eso y unos diálogos que pueden ser tan banales como sustanciales.
Y es que el cine de Sang-soo es la sencillez en estado puro, sin artificios que valgan y, en esta ocasión, sin prácticamente conflicto. Lo más parecido que hay a uno es la desaparición de un gato y alguna conversación donde los personajes parecen confrontar. A pesar de ello, la historia (que sabemos de dónde viene por los textos que inician cada parte) nos mantiene atentos gracias a esa plática tan natural, al trabajo del reparto (cuya interpretación resulta tan auténtica como los mencionados diálogos) y un director que sabe a dónde quiere ir.
Y eso que las historias transcurren de forma paralela y no se tocan en ningún momento. Simplemente discurren, con más de un momento que se suele repetir en otros filmes del realizador (como que cierto personaje piropee la belleza de otro, el consabido momento de comer o beber...), pero que tienen elementos (la salsa picante y la guitarra) que hacen que haya una clara conexión entre ellas. Estos detallitos, el curioso sentido del humor que destila y el resto de aspectos destacados en el párrafo anterior, logran captar la atención del espectador curioso y con ganas de salir de su zona de confort.
Hong Sang-soo tiene una cuadrilla de actores y actrices recurrentes que vuelven una y otra vez a trabajar con él. Supongo que esto es señal de que disfrutan de la experiencia, y eso también se acaba transmitiendo al espectador. Además, suelen tener papeles similares, como Park Mi-so (Eunbitsalgu), quien suele ser la chica tímida e ingenua; Kim Min-hee (La doncella) es, de alguna forma, la mentora de la anterior, o al menos creo recordar que en más de una ocasión le pide algún tipo de consejo (sobre interpretación, como es el caso); también está Ki Joo-bong (El hotel a orillas del río), cuyo bohemio aspecto se repite en su bohemia profesión; encarnando Ha Seong-guk (Mimang) a un personaje que me recuerda a otras ocasiones, y que su admiración es una mala influencia para el anterior. Completan el plantel Song Seong-mi (En la playa sola de noche), quien se pone en la piel de la amiga que acoge a Sang-wo, que adora a su gato; y una reciente incorporación al particular mundo del cineasta, Kim Seung-yun (Crash).
Es raro que una historia, ya sea escrita, dibujada, narrada o proyectada no plantee ningún conflicto (o apenas lo haya) y funcione, es algo difícil y loable de conseguir y fácil que aburra, por lo que Nuestro día (Woo-ri-ui-ha-ru, 2023) tiene ese valor de disfrutarse. Como dice uno de los personajes, con las cosas sencillas no hay que preguntarse el porqué, solo hay que vivirlas.
Dos o tres personajes, luz natural, un plano fijo (con algún paneo o zum), sin banda sonora y dos o tres localizaciones. Son los pocos elementos que le hacen falta a Hong Sang-soo (Noche y día) para hacer una película. Eso y unos diálogos que pueden ser tan banales como sustanciales.
Y es que el cine de Sang-soo es la sencillez en estado puro, sin artificios que valgan y, en esta ocasión, sin prácticamente conflicto. Lo más parecido que hay a uno es la desaparición de un gato y alguna conversación donde los personajes parecen confrontar. A pesar de ello, la historia (que sabemos de dónde viene por los textos que inician cada parte) nos mantiene atentos gracias a esa plática tan natural, al trabajo del reparto (cuya interpretación resulta tan auténtica como los mencionados diálogos) y un director que sabe a dónde quiere ir.
Y eso que las historias transcurren de forma paralela y no se tocan en ningún momento. Simplemente discurren, con más de un momento que se suele repetir en otros filmes del realizador (como que cierto personaje piropee la belleza de otro, el consabido momento de comer o beber...), pero que tienen elementos (la salsa picante y la guitarra) que hacen que haya una clara conexión entre ellas. Estos detallitos, el curioso sentido del humor que destila y el resto de aspectos destacados en el párrafo anterior, logran captar la atención del espectador curioso y con ganas de salir de su zona de confort.
Hong Sang-soo tiene una cuadrilla de actores y actrices recurrentes que vuelven una y otra vez a trabajar con él. Supongo que esto es señal de que disfrutan de la experiencia, y eso también se acaba transmitiendo al espectador. Además, suelen tener papeles similares, como Park Mi-so (Eunbitsalgu), quien suele ser la chica tímida e ingenua; Kim Min-hee (La doncella) es, de alguna forma, la mentora de la anterior, o al menos creo recordar que en más de una ocasión le pide algún tipo de consejo (sobre interpretación, como es el caso); también está Ki Joo-bong (El hotel a orillas del río), cuyo bohemio aspecto se repite en su bohemia profesión; encarnando Ha Seong-guk (Mimang) a un personaje que me recuerda a otras ocasiones, y que su admiración es una mala influencia para el anterior. Completan el plantel Song Seong-mi (En la playa sola de noche), quien se pone en la piel de la amiga que acoge a Sang-wo, que adora a su gato; y una reciente incorporación al particular mundo del cineasta, Kim Seung-yun (Crash).
Es raro que una historia, ya sea escrita, dibujada, narrada o proyectada no plantee ningún conflicto (o apenas lo haya) y funcione, es algo difícil y loable de conseguir y fácil que aburra, por lo que Nuestro día (Woo-ri-ui-ha-ru, 2023) tiene ese valor de disfrutarse. Como dice uno de los personajes, con las cosas sencillas no hay que preguntarse el porqué, solo hay que vivirlas.
LO MEJOR:
-La buena labor del elenco.
-La buena labor del elenco.
-Esos diálogos que van de lo trivial, incluso absurdo, a lo trascendental.
-Cine sencillo pero directo, sin artificios.
LO PEOR:
-Esa aparente improvisación también tiene sus desventajas, como algún valle en la narración.
¿Quién debería verla?
-Cine sencillo pero directo, sin artificios.
LO PEOR:
-Esa aparente improvisación también tiene sus desventajas, como algún valle en la narración.
¿Quién debería verla?
Quien desee ampliar sus horizontes cinéfilos.
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