01 abril 2021

Godzilla vs. Kong

Han pasado más de tres años desde que Godzilla impuso la paz y su reinado tras vencer a Ghidorah, y desde todo ese tiempo no ha aparecido, pero de repente ataca la ciudad de Pensacola, donde tiene una de sus sedes la multinacional Apex, la cual cree haber encontrado la solución definitiva contra los titanes. Para ello deberán sumergirse en la Tierra Hueca, el ancestral hogar de los monstruos gigantes, con la imprescindible ayuda de Kong.

Después de dos estimables entregas del Monsterverse (o monsterverso), especialmente el dedicado a King Kong (y un agradable revisionado de la segunda película del saurio nipón), tenía muchas ganas de ver la lucha de dos de los monstruos más míticos del cine en Godzilla vs. Kong (ídem, 2021), pelea encargada en esta ocasión a Adam Wingard (The Guest, Tú eres el siguiente), otro realizador que ha obtenido cierto prestigio a través del cine de género (más o menos) independiente, aunque no sé yo si los ejecutivos le habrán dejado la libertad creativa que le hubiese gustado.

Porque lo que se dice cine independiente no es esta Godzilla vs. Kong, y tampoco hace falta ni lo esperaba, de hecho tampoco estaban puestas mis expectativas en el libreto, escrito por Eric Pearson y Max Borenstein, que casi se podría afirmar es el más flojo de los monstruos de la Warner desde la primera entrega. Porque la premisa de ir a la Tierra Hueca con la ayuda de Kong para encontrar la dichosa fuente energética puede colar (o dejamos que cuele), pero la trama paralela de los infiltrados tiene cero de verosimilitud (colarse tan fácilmente en unas instalaciones supersecretas, montándose en un ascensor, como que no... pero es que todo lo que le sigue se vuelve más absurdo si cabe), y cuando la acción se desencadena en Hong Kong, con Godzilla cual pocero... pues se lo tiene que creer uno, porque de lo contrario todo el tinglado se viene abajo.

Pero cuando tiene que cumplir, en las batallas, cumple. Si hubiera habido alguna más y el trayecto en barco hubiese sido más corto lo hubiera agradecido, por descontado, pero tanto el primer enfrentamiento en la mar (con ecos a Neon Genesis Evangelion, por cierto), como luego la pelea del gorila gigante con los criaturas del interior de la Tierra (ahí se observa cierto regusto a la película de Jordan Vogt-Roberts) y, muy especialmente, la lucha final en Hong Kong, donde destrozan como es debido rascacielos y todo lo que se les pone por delante, se hacen vibrantes y le ponen la necesaria salsa al film.

En lo que se refiere a humanos, lo cierto es que el personaje de Alexander Skarsgard (La leyenda de Tarzán) me ha convencido aunque no es que tenga mucho (en el libreto) donde agarrarse, más que Rebecca Hall (Iron Man 3, Vicky Cristina Barcelona), la cual parecía que iba a tener un poco más de peso pero como que casi tiene más presencia la niña interpretada por Kaylee Hottle; por no hablar del soso papel de Millie Bobby Brown (Stranger Things) (tiene pinta de que se aburrió mucho en el rodaje), por lo menos su amigote, en la ficción, Julian Dennison (A la caza de los ñumanos) y el podcaster conspiranoico al que da vida Bryan Tyree Henry (El blues de Beale Street) tienen su punto cómico. Demián Bichir (Alien: Covenant), por otra parte, se lo pasa la mar de bien con su clásico papel de villano inspirado en Elon Musk, haciendo Eiza González (Bloodshot) de su hija, que pasa de valiente a cobarde en pocas secuencias (el proceso inverso del personaje de Skarsgard, curiosamente), mientras que Kyle Chandler (First Man (El primer hombre)) casi se diría que está ahí por cumplir el contrato.

Creo que en circunstancias normales, sin un niño que no se callaba a mi lado y que encima pataleó sonoramente (la persona responsable que tenía al lado no es que fuese muy responsable), sin un individuo que llegó tarde con su retoño y que se empeñó en cegarnos con la linterna de su smartphone, ni con el niño que estuvo grabando con el móvil (al progenitor a su vera no parecía molestarle) gran parte de la película dos filas más abajo..., sin todas esas distracciones, Godzilla vs. Kong habría sido un gran goce en casi todo momento. Pero a pesar de haberse deslucido la experiencia, pasé un excelente rato con un tipo de cine con el que desenchufar el cerebro y divertirme viendo el espectáculo de gigantescas criaturas darse mamporros entre sí.


LO MEJOR:
-Los enfrentamientos entre los monstruos, la Tierra Hueca, y su apartado visual en general.
-Tiene algunos detalles en la dirección (esos planos casi nadir, por ejemplo) que me han llamado la atención, y que son eficaces para meter al espectador en primera línea de los desastres.

LO PEOR:
-No se le pide peras al olmo, pero aun así seguro que podían haber trabajado un poco más el guion (sobre todo con esos infiltrados).
-¿Hacen sonreír a Godzilla o ha sido impresión mía?

¿Quién debería verla?
Quien guste de pelis con monstruos gigantes.

¿Y quién no?
Sobre todo quien espere un libreto mínimamente trabajado.
 
La cuestión:
¿A dónde se fueron los ecoterroristas comandados por Charles Dance?

¡Qué viva el kaiju eiga!:
Godzilla: Rey de los monstruos
Pacific Rim: Insurrección
Kong: La isla Calavera
Shin Godzilla
Godzilla
Pacific Rim

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