Rafa es un abogado comprometido más allá de su trabajo, que colabora con una plataforma contra los desahucios y se implica con la gente; Azucena es una madre con un trabajo precario que apenas le dá para vivir, menos para pagar la hipóteca, por lo que tiene una orden de inminente desahucio; Teodora vive sola y también está a punto de ser desalojada de su vivienda; Badía tiene varios trabajos precarios y una niña pequeña a la que apenas ve...
Los desahucios han sido uno de los grandes dramas de la anterior crisis financiera (aunque siempre me pregunto si alguna vez salimos de ella), fueron cientos de miles de ellos, una lacra de la que los buitres (humanos) sacaron tajada y de la que, quizás con menos vigor y presencia mediática, siguen haciéndolo y seguirán mientras no haya leyes justas que protejan al débil. Juan Diego Botto (El escuadrón suicida), actor de longeva carrera y premiado talento, coescribe, junto a Olga Rodríguez, y se pone tras las cámaras por primera vez (aunque tiene experiencia dirigiendo teatro y TV) con este drama social producido por Penélope Cruz (El consejero), quien también tiene un papel protagónico junto con Luis Tosar (Hasta el cielo).
Y es un debut potente el de Botto, que comienza como podría empezar cualquier drama, dándonos unos esbozos de las problemas de los personajes, para luego adentrarnos en cada una de sus historias, en las diferentes actitudes con las que confrontan sus problemas, así como cruzando sus vidas, algunas permaneciendo anónimas entre sí a pesar de ser vecinas, y otras encontrándose. Ganando en intensidad todas ellas, casi con ritmo de thriller, y llegando al clímax en un desahucio que se siente real y casi corta la respiración.
Acompañando a Tosar y Cruz, tenemos al mismo Botto, que se ha reservado un pequeño papel como la pareja de esta última; Adelfa Calvo (La isla mínima) es Teodora, la pobre mujer que no logra contactar con su amargado hijo, interpretado por Font García (Tarde para la ira), a quien la culpa le puede. Christian Checa (Las consecuencias) es Raúl, el hijastro de Rafa, que tiene mucho que reprochar a un hombre que parece nunca tiene tiempo para la familia, aunque el día que pasará con él le hará ver el porqué; mientras que Helena, a la que interpreta Aixa Villagrán (Vida perfecta), le pide poco a su marido Rafa, y se está hartando de que no cumpla.
Leí el otro día en Twitter a un tuitero quejándose de que se abusa mucho de definir a ciertas películas como "necesarias". Es probable que así sea, pero también es cierto que si un film pone el foco en un problema social y lo hace con contundencia, de forma clara y con un guion trabajado, unos personajes creíbles y que hace que el espectador se remueva en su asiento, como es el caso de En los márgenes (ídem, 2022), estamos hablando de una película si no necesaria al menos útil.
Los desahucios han sido uno de los grandes dramas de la anterior crisis financiera (aunque siempre me pregunto si alguna vez salimos de ella), fueron cientos de miles de ellos, una lacra de la que los buitres (humanos) sacaron tajada y de la que, quizás con menos vigor y presencia mediática, siguen haciéndolo y seguirán mientras no haya leyes justas que protejan al débil. Juan Diego Botto (El escuadrón suicida), actor de longeva carrera y premiado talento, coescribe, junto a Olga Rodríguez, y se pone tras las cámaras por primera vez (aunque tiene experiencia dirigiendo teatro y TV) con este drama social producido por Penélope Cruz (El consejero), quien también tiene un papel protagónico junto con Luis Tosar (Hasta el cielo).
Y es un debut potente el de Botto, que comienza como podría empezar cualquier drama, dándonos unos esbozos de las problemas de los personajes, para luego adentrarnos en cada una de sus historias, en las diferentes actitudes con las que confrontan sus problemas, así como cruzando sus vidas, algunas permaneciendo anónimas entre sí a pesar de ser vecinas, y otras encontrándose. Ganando en intensidad todas ellas, casi con ritmo de thriller, y llegando al clímax en un desahucio que se siente real y casi corta la respiración.
Acompañando a Tosar y Cruz, tenemos al mismo Botto, que se ha reservado un pequeño papel como la pareja de esta última; Adelfa Calvo (La isla mínima) es Teodora, la pobre mujer que no logra contactar con su amargado hijo, interpretado por Font García (Tarde para la ira), a quien la culpa le puede. Christian Checa (Las consecuencias) es Raúl, el hijastro de Rafa, que tiene mucho que reprochar a un hombre que parece nunca tiene tiempo para la familia, aunque el día que pasará con él le hará ver el porqué; mientras que Helena, a la que interpreta Aixa Villagrán (Vida perfecta), le pide poco a su marido Rafa, y se está hartando de que no cumpla.
Leí el otro día en Twitter a un tuitero quejándose de que se abusa mucho de definir a ciertas películas como "necesarias". Es probable que así sea, pero también es cierto que si un film pone el foco en un problema social y lo hace con contundencia, de forma clara y con un guion trabajado, unos personajes creíbles y que hace que el espectador se remueva en su asiento, como es el caso de En los márgenes (ídem, 2022), estamos hablando de una película si no necesaria al menos útil.
LO MEJOR:
-Un guion y dirección sólidos.
-La buena labor del elenco.
-El momento del desahucio es especialmente impactante y realista.
LO PEOR:
-¿Quizá cambia de actitud un poco rápido el hijastro? Aunque escuchando los testimonios que escucha...
-Un guion y dirección sólidos.
-La buena labor del elenco.
-El momento del desahucio es especialmente impactante y realista.
LO PEOR:
-¿Quizá cambia de actitud un poco rápido el hijastro? Aunque escuchando los testimonios que escucha...
-¿Cierta redundancia en lo que se quiere transmitir?
¿Quién debería verla?
¿Quién debería verla?
Quien quiera ver un gran trabajo actoral, los que gocen con un buen drama y todo aquel con ciertas inquietudes sobre los problemas sociales.
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