Narra el conocido caso de Nevenka Fernández, joven recién salida de la universidad que es invitada a formar parte del ayuntamiento de Ponferrada, y el acoso que sufrirá por parte del alcalde, con el silencio e incomprensión de sus compañeros y familiares.
El caso Nevenka fue muy sonado allá por inicios de siglo. Un servidor (jovenzuelo e inocente por aquel entonces) apenas lo leyó entre líneas, con ese apoyo que se le dio a Ismael Álvarez en un inicio y un descrédito general a la denunciante (creo que fue muy repetida la frase "dejarse acosar", como si fuera algo que se puede elegir). Por estar basada en un hecho que recordaba, y por estar al frente Icíar Bollaín (Katmandú, un espejo en el cielo), Soy Nevenka (ídem, 2024) fue un proyecto que estuvo en mi radar desde el principio.
Desde el primer plano queda claro que la historia es contada desde el punto de vista de la víctima. De un rostro joven de gesto desolado vamos rápidamente años atrás, a una cara llena de nerviosismo y ganas, al momento en el que decidió acceder, con los ánimos de su familia, a estar en la lista de una candidatura a la alcaldía a pesar de no estar afiliada al partido. Así que es la propia protagonista quien narra su historia, desde los primeros halagüeños momentos (meses, probablemente, pues el tiempo real que transcurre no es transparente, ayudando a seguir el relato y a no perdernos con saltos temporales), pasando por la declaración de Ismael, los momentos de intimidad y llegando a un progresivamente más agresivo acoso practicado por el alcalde, pero cuya aparente omnipotencia parece hacer que otros si no se sumen, al menos con su indiferencia hacen de la vida de Nevenka una creciente pesadilla hasta anularla cuasi por completo.
Esto nos lo muestra Bollaín en un angustiante crescendo, donde observamos el declive moral (aunque me temo que eso venía de serie) de Ismael y los constantes "errores" de Nevenka de "dejarse" acosar. Siendo señalada e invalidada, intentando salir del atolladero pero negándose a hacerlo de cualquier forma, cayendo en más de una emboscada que nos lleva a una de las secuencias más impactantes de la película. Un recorrido que nos hacer sentir y entender el porqué muchas víctimas son incapaces de reaccionar durante situaciones terribles, quedándose paralizadas como presas ante depredadores.
Mucha culpa de que estemos ante una historia tan impactante la tiene Mireia Oriol, actriz que no tenía en mi radar pero que ha trabajado con Belén Rueda en El pacto y en no pocos cortometrajes y algún otro largo, aunque me atrevo a decir que este papel probablemente suponga un punto y a parte en su carrera. Hace un trabajo verdaderamente espléndido, con instantes desgarradores. Un personaje menos agradable le ha tocado a Urko Olazabal (Maixabel), su Ismael Álvarez es un tipo simpático y carismático al que parece que quiere todo el mundo, pero que no tarda en mostrar una faceta muy oscura y corrupta, propia de un señor feudal. Otros papeles de relevancia son los de Ricardo Gómez (El sustituto), Carlos Serrano (La ley del mar), Lucía Veiga (As Neves) o Font García (En los márgenes)
Soy Nevenka es una película que te hace sentir angustia y que te emociona, una denuncia poderosa contra el acoso y una radiografía de un suceso que provocó un cambio (o el inicio de uno) en la sociedad española.
El caso Nevenka fue muy sonado allá por inicios de siglo. Un servidor (jovenzuelo e inocente por aquel entonces) apenas lo leyó entre líneas, con ese apoyo que se le dio a Ismael Álvarez en un inicio y un descrédito general a la denunciante (creo que fue muy repetida la frase "dejarse acosar", como si fuera algo que se puede elegir). Por estar basada en un hecho que recordaba, y por estar al frente Icíar Bollaín (Katmandú, un espejo en el cielo), Soy Nevenka (ídem, 2024) fue un proyecto que estuvo en mi radar desde el principio.
Desde el primer plano queda claro que la historia es contada desde el punto de vista de la víctima. De un rostro joven de gesto desolado vamos rápidamente años atrás, a una cara llena de nerviosismo y ganas, al momento en el que decidió acceder, con los ánimos de su familia, a estar en la lista de una candidatura a la alcaldía a pesar de no estar afiliada al partido. Así que es la propia protagonista quien narra su historia, desde los primeros halagüeños momentos (meses, probablemente, pues el tiempo real que transcurre no es transparente, ayudando a seguir el relato y a no perdernos con saltos temporales), pasando por la declaración de Ismael, los momentos de intimidad y llegando a un progresivamente más agresivo acoso practicado por el alcalde, pero cuya aparente omnipotencia parece hacer que otros si no se sumen, al menos con su indiferencia hacen de la vida de Nevenka una creciente pesadilla hasta anularla cuasi por completo.
Esto nos lo muestra Bollaín en un angustiante crescendo, donde observamos el declive moral (aunque me temo que eso venía de serie) de Ismael y los constantes "errores" de Nevenka de "dejarse" acosar. Siendo señalada e invalidada, intentando salir del atolladero pero negándose a hacerlo de cualquier forma, cayendo en más de una emboscada que nos lleva a una de las secuencias más impactantes de la película. Un recorrido que nos hacer sentir y entender el porqué muchas víctimas son incapaces de reaccionar durante situaciones terribles, quedándose paralizadas como presas ante depredadores.
Mucha culpa de que estemos ante una historia tan impactante la tiene Mireia Oriol, actriz que no tenía en mi radar pero que ha trabajado con Belén Rueda en El pacto y en no pocos cortometrajes y algún otro largo, aunque me atrevo a decir que este papel probablemente suponga un punto y a parte en su carrera. Hace un trabajo verdaderamente espléndido, con instantes desgarradores. Un personaje menos agradable le ha tocado a Urko Olazabal (Maixabel), su Ismael Álvarez es un tipo simpático y carismático al que parece que quiere todo el mundo, pero que no tarda en mostrar una faceta muy oscura y corrupta, propia de un señor feudal. Otros papeles de relevancia son los de Ricardo Gómez (El sustituto), Carlos Serrano (La ley del mar), Lucía Veiga (As Neves) o Font García (En los márgenes)
Soy Nevenka es una película que te hace sentir angustia y que te emociona, una denuncia poderosa contra el acoso y una radiografía de un suceso que provocó un cambio (o el inicio de uno) en la sociedad española.
LO MEJOR:
-Muy buen guion, dirección y todo el apartado técnico y artístico en general.
-Muy bien el reparto, destacando una gran Mireia Oriol y el también complicado trabajo de Urko Olazabal.
-Que se haya trasladado a la gran pantalla estos hechos. Visibiliza no solo el caso, sino que ayuda a ponernos en la piel de la víctima en cualquier otra situación de acoso.
LO PEOR:
-Que a estas alturas todavía quedan personas trogloditas que defienden a los agresores.
¿Quién debería verla?
Quien busque un buen drama que le remueva.
-Muy buen guion, dirección y todo el apartado técnico y artístico en general.
-Muy bien el reparto, destacando una gran Mireia Oriol y el también complicado trabajo de Urko Olazabal.
-Que se haya trasladado a la gran pantalla estos hechos. Visibiliza no solo el caso, sino que ayuda a ponernos en la piel de la víctima en cualquier otra situación de acoso.
LO PEOR:
-Que a estas alturas todavía quedan personas trogloditas que defienden a los agresores.
¿Quién debería verla?
Quien busque un buen drama que le remueva.
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