Ethan Hunt y su equipo van en busca de unas cabezas nucleares que desea adquirir un peligroso y misterioso individuo, John Lark, el cual escribió un manifiesto en el que abogaba por destruir el Sistema actual, causando el mayor daño posible, para iniciar uno nuevo, puesto que cree que cuanto más se sufra mayor será la recompensa posterior.
Nación secreta mantuvo muy bien el nivel de la saga, y dejó algunos hilillos sueltos que, quizá, expliquen el hecho de que, por vez primera, un director, Christopher McQuarrie (Jack Reacher), haya repetido tras las cámaras en la saga, aunque el hecho de que parezca haber establecido, como he comentado en alguna otra entrada, una buena relación profesional con Tom Cruise también ha debido influir. La cuestión es que en Misión: Imposible – Fallout (Mission: Impossible – Fallout, 2018) tampoco ha hecho un mal trabajo que se diga.
Y eso que no lo tuve fácil para verificarlo, ya que las condiciones en la sala no fueron las idóneas para disfrutar como debería del film. Primero por unos millenials púberes (bueno, supongo que serían de la generación Z), con sus inseparables móviles, en la fila de delante, a los que tuve que dar un toque para que dejaran de wasapear y mirar Instagram y, segundo, una refrigeración para nada adecuada, puesto que hacía un frío que pelaba (y eso que, en verano, siempre voy equipado con un abrigo fino cuando voy al cine), por lo que me costó meterme en la historia bastante, de hecho no la disfruté en condiciones, sin lugar a dudas, sobre todo por el fresco. Pero, a pesar de los obstáculos, se puede decir que pasé un agradable rato.
Y eso se debió a que la película, cuyo guion también ha escrito McQuarrie, tiene un magnífico ritmo y unas secuencias de acción muy buenas, que buscan siempre el límite y sorprender al espectador, consiguiéndolo en varias ocasiones. Y eso también es, en buena medida, a la siempre esforzada labor de Tom Cruise, el cual lo mismo monta en moto a todo gas por París, que salta en paracaídas, o se cuelga de un helicóptero; arriesga mucho a sus nada desdeñables 56 años, llegándose a fracturar el tobillo como ha sido el caso (tuvieron que parar la producción por este hecho), pero no se puede negar que ese esfuerzo por hacerlo se nota en pantalla, a lo que ayuda la solvente realización del mencionado cineasta.
De entre las incorporaciones tres son las más destacables, Henry Cavill (Liga de la Justicia), con un contundente papel con una sutil vis cómica; Vanessa Kirby (The Crown), como una millenial psociópata que deja al personaje de Léa Seydoux en Protocolo fantasma como una buenaza, y Angela Bassett (Black Panther), como la mandamás de la CIA, que en un momento puede ser aliada de la FMI y en otro no tanto. Destacar la misteriosa desaparición de Jeremy Renner, que al final de la entrega precedente daba la impresión que iba a tener algo más de protagonismo en esta, y la reaparición de Michelle Monaghan (Código fuente), en el que podría ser una especie de cierre para las tres últimas cintas de la saga.
Misión: Imposible – Fallout cumple sobradamente su cometido de ofrecer un gran espectáculo, trepidante y lleno de intriga, regalándonos algunas secuencias de acción francamente buenas (como esa pelea en los baños, la persecución en París, o la de los helicópteros al final). Esperemos que sean capaces de mantener el nivel en las más que seguras próximas secuelas (la séptima tiene previsto su estreno en 2022).
Nación secreta mantuvo muy bien el nivel de la saga, y dejó algunos hilillos sueltos que, quizá, expliquen el hecho de que, por vez primera, un director, Christopher McQuarrie (Jack Reacher), haya repetido tras las cámaras en la saga, aunque el hecho de que parezca haber establecido, como he comentado en alguna otra entrada, una buena relación profesional con Tom Cruise también ha debido influir. La cuestión es que en Misión: Imposible – Fallout (Mission: Impossible – Fallout, 2018) tampoco ha hecho un mal trabajo que se diga.
Y eso que no lo tuve fácil para verificarlo, ya que las condiciones en la sala no fueron las idóneas para disfrutar como debería del film. Primero por unos millenials púberes (bueno, supongo que serían de la generación Z), con sus inseparables móviles, en la fila de delante, a los que tuve que dar un toque para que dejaran de wasapear y mirar Instagram y, segundo, una refrigeración para nada adecuada, puesto que hacía un frío que pelaba (y eso que, en verano, siempre voy equipado con un abrigo fino cuando voy al cine), por lo que me costó meterme en la historia bastante, de hecho no la disfruté en condiciones, sin lugar a dudas, sobre todo por el fresco. Pero, a pesar de los obstáculos, se puede decir que pasé un agradable rato.
Y eso se debió a que la película, cuyo guion también ha escrito McQuarrie, tiene un magnífico ritmo y unas secuencias de acción muy buenas, que buscan siempre el límite y sorprender al espectador, consiguiéndolo en varias ocasiones. Y eso también es, en buena medida, a la siempre esforzada labor de Tom Cruise, el cual lo mismo monta en moto a todo gas por París, que salta en paracaídas, o se cuelga de un helicóptero; arriesga mucho a sus nada desdeñables 56 años, llegándose a fracturar el tobillo como ha sido el caso (tuvieron que parar la producción por este hecho), pero no se puede negar que ese esfuerzo por hacerlo se nota en pantalla, a lo que ayuda la solvente realización del mencionado cineasta.
De entre las incorporaciones tres son las más destacables, Henry Cavill (Liga de la Justicia), con un contundente papel con una sutil vis cómica; Vanessa Kirby (The Crown), como una millenial psociópata que deja al personaje de Léa Seydoux en Protocolo fantasma como una buenaza, y Angela Bassett (Black Panther), como la mandamás de la CIA, que en un momento puede ser aliada de la FMI y en otro no tanto. Destacar la misteriosa desaparición de Jeremy Renner, que al final de la entrega precedente daba la impresión que iba a tener algo más de protagonismo en esta, y la reaparición de Michelle Monaghan (Código fuente), en el que podría ser una especie de cierre para las tres últimas cintas de la saga.
Misión: Imposible – Fallout cumple sobradamente su cometido de ofrecer un gran espectáculo, trepidante y lleno de intriga, regalándonos algunas secuencias de acción francamente buenas (como esa pelea en los baños, la persecución en París, o la de los helicópteros al final). Esperemos que sean capaces de mantener el nivel en las más que seguras próximas secuelas (la séptima tiene previsto su estreno en 2022).
LO MEJOR:
-Las secuencias de acción.
-La realización y la música.
-La buena labor del equipo artístico, encabezado por un incombustible Tom Cruise.
LO PEOR:
-O es que ando mal de la vista, o la proyección no era perfecta..., pero para mí que el foco en muchos planos estaba un pelín tocado.
¿Quién debería verla?
Quien busque una buena película de acción e intriga.
De Ethan Hunt y otros thrillers:
-Las secuencias de acción.
-La realización y la música.
-La buena labor del equipo artístico, encabezado por un incombustible Tom Cruise.
LO PEOR:
-O es que ando mal de la vista, o la proyección no era perfecta..., pero para mí que el foco en muchos planos estaba un pelín tocado.
¿Quién debería verla?
Quien busque una buena película de acción e intriga.
De Ethan Hunt y otros thrillers:
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