Con Misión: Imposible – Protocolo fantasma me lo pasé de fábula, así que no me desagradaba para nada la idea de que siguieran explotando la franquicia cinematográfica nacida hace cerca de veinte años y, visto lo visto, me sigue sin desagradar.
De nuevo la FMI (la Fuerza de Misión Imposible, que no el Fondo Monetario Internacional dirigido por Lagarde, una organización sin duda digna de ser el malo de una película) se ve en apuros. Primero por una comisión de investigación que pone en duda su eficacia y ética y, segundo, por el Sindicato, una misteriosa organización criminal que intenta provocar un cambio de paradigma internacional.